El periódico “LA PATRIA” realizó un sondeo de opinión entre los “movimientos sociales” que marcharon en defensa de que se mantenga el nombre del aeropuerto de Oruro como “Evo Morales Ayma”. Los resultados, han sido recibidos sin sorpresa porque esa consulta se la hizo entre quienes apoyaban que se mantenga el nombre del Presidente del Estado; pero si, con una fuerte muestra de rabia contenida por la mayoría de los orureños que sí conocen la trayectoria y la personalidad de Don Juan Mendoza como primer piloto, no sólo orureño, sino boliviano y combatiente en la Guerra del Chaco.
La totalidad de los encuestados contestaron casi de memoria, influenciados por las acostumbradas consignas lanzadas por los masistas para todo propósito, O sea, esa mayoría no piensa, sólo obedece al mandato de quienes manejan esos “movimientos sociales”; o sea, los que ahora se denominan los “no pensantes”, a los que les prohibieron oficialmente ser libre pensadores.
Todas las respuestas a ese sondeo de opinión fueron similares: “yo no conozco a Juan Mendoza, en cambio el presidente...”, “no conocemos a Juan Mendoza, hijo de patrones...”. Los orureños no tenemos la culpa que no conozcan la historia. Los orureños tampoco conocieron a Simón Bolívar o a Eduardo Avaroa; sin embargo, reconocemos su aporte a la historia de Bolivia.
Los movimientos sociales, tampoco conocieron a Tupac Katari, a Bartolina Sisa, o al Che Guevara; sin embargo sus nombres son los que inspiran a esos movimientos sociales oficialistas, que hoy tratan de desconocer a Don Juan Mendoza, personaje destacado en Bolivia y en Oruro que reconoció su trayectoria, bautizando con su nombre al antiguo aeropuerto orureño, desde siempre.
La ignorancia de nuestra historia no basta para descalificar los méritos del primer aviador boliviano y de ningún personaje que haya contribuido a nuestra nacionalidad. En ese caso, tendríamos que borrar las designaciones de calles, plazas y monumentos que llevan el nombre de ciudadanos ilustres, sean estos bolivianos o extranjeros.
Esa especie de capricho de cambiar los nombres de quienes se han destacado en la época de la Colonia y de la República, por nombres de personas originarias, que en realidad son muy pocas, porque las más llevan apellidos que responden al mestizaje, como el propio Presidente del Estado, no es una idea aceptable.
Cambiando nombres no se borrará la historia de nuestra patria. Porque la patria no se la hace con simples nombres. Sino fue una larga lucha de mestizos, criollos, campesinos y nativos contra el colonialismo, las dictaduras y toda forma de gobierno que trató de abolir los principios de libertad; de libre pensamiento y de expresión. La patria se la hizo en las minas, en las universidades, en los surcos de la tierra. Con el esfuerzo del trabajo de los hijos de esta nuestra Bolivia que pertenece no sólo a sectores de ideas excluyentes. Sino a todos los bolivianos que llevan con orgullo el hecho de haber nacido en estas tierras del Alto Perú.
Rescatemos nuestra historia para aprender de ella y proyectarla al futuro, sin la frustrante ignorancia de nuestra vida como nación; o sea, el de vivir en una nebulosa como bolivianos, sin saber de dónde venimos, quienes somos y a donde vamos.
Además, es recomendable que no se les ocurra cambiar el nombre de la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz, como se proponen los oficialistas. No harán sino buscarse otro problema ¡¡ gratis !!...
Por lo menos... esa es mi opinión
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