Jueves 14 de marzo de 2013

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El arbitrario cambio de nombre al aeropuerto “Juan Mendoza”, no es otra cosa que un globo de ensayo para cumplir con una consigna ególatra del Movimiento Al Socialismo, de pretender otra identidad para Bolivia.
Poco a poco, desde el 2006, se fue afianzando un gobierno que pospone los derechos individuales a los de la colectividad, atribuyéndose al Estado la necesidad de modificar las condiciones de la vida civil, económica y política del país.
Si los bolivianos dejamos que ese empeño masista continúe, corremos el riesgo de caer en las redes de un extremismo basado en la comunidad de bienes, con abolición del derecho a la propiedad.
Al presente, ya vivimos bajo el mando de una dictadura dispuesta a terminar con el predominio del pueblo en el gobierno de un Estado.
Se quiere imponer una teoría marxista, destinada a conculcar en definitiva las libertades y derechos del ser humano, dando paso a un régimen totalitario que absorba y regularice todas las actividades a favor del partido político en función de Gobierno.