“El mar que simboliza dicha y bienestar. Reconquistar es nuestra divisa”.
Párrafo importante de una poesía dedicada al Litoral Boliviano por el poeta Pastor Peñaranda, que siempre debe servirnos para mostrar al mundo que nunca hemos declinado en nuestro afán de volver a la costa marítima del Pacífico.
La contienda del Alto de la Alianza es una herida que a pesar de los años aún no termina de cicatrizar, razón fundamental para seguir con la tarea inclaudicable de pedir al contexto internacional su apoyo a nuestra demanda.
Desde 1879, generación tras generación, siempre mantiene en alto su convicción de que está cada vez más próximo el retorno al mar, como algo que debe florecer bajo el manto de la sagrada Tricolor nacional.
En esta injusta guerra, muchos bolivianos ofrendaron sus vidas, fundamentalmente en la batalla de Tarapacá, destacándose los orureños que eran oriundos de Salinas de Garci Mendoza.
Todos sabemos que Chile, aspiraba a conquistar tierras vecinas por las inmensas riquezas hacia el norte de Sudamérica, especialmente si Bolivia era una nación célebre porque en su territorio existían minas ricas de oro, plata, cobre, estaño, plomo, bismuto y otros minerales.
Cuenta la historia que Chile supo capitalizar muy bien las concesiones hechas por el Presidente Mariano Melgarejo, algo que les sirvió de acicate para planificar una futura invasión a territorio boliviano.
Se puede afirmar que 1866 fue el año en que se abrieron las válvulas para los chilenos, deseosos de sentar soberanía en los terrenos del desierto de Atacama, pertenecientes a la República de Bolivia.
De nada sirvió, posteriormente, la firma de Tratados de Frontera con Chile el 10 de Agosto de 1866, porque ya el país invasor dio pasos concretos en su afán de llegar a costas marítimas bolivianas, bajo el argumento de falsa reivindicación al pretender sostener que Chile era dueño del desierto de Atacama, cuando este era una simple colonia española, bajo el nombre de reino o capitanía general de Chile.
Ahora, después de 134 años de ocurrida la guerra del Pacífico, Chile sigue con una política exterior agresiva y expansionista con sus vecinos, creyendo que Bolivia todavía siga siendo un país al cual fácilmente se puede invadir, buscando pretextos como únicos móviles de la violencia empleada en otros contra nuestra amada patria.
Todos los bolivianos debemos emprender una tarea proficua hasta lograr el ansiado retorno al mar, haciendo prevalecer nuestra ubicación geográfica de gran importancia geopolítica.
Nuestros gobernantes, esté quien esté sentado en la Silla Presidencial, al margen de su color político debe trabajar con claro desprendimiento, garantizando para Bolivia derechos establecidos en el ámbito de la coexistencia pacífica.
Nunca debemos acordarnos de reconquistar el mar solo en este mes de marzo, sino que es imperioso activar con decisión y plena convicción de lo que hacemos en esta materia, especialmente si tenemos elocuentes demostraciones de solidaridad de países amigos.Ya no podemos estar bajo la penosa dependencia del capricho chileno, porque Bolivia está empeñada en recuperar su soberanía en el mar cautivo, viendo flamear en el Puerto de Antofagasta, nuestra bandera: Rojo, Amarillo y Verde.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.