La economía neoliberal, el colonialismo han influido bastante en la delincuencia social en el país, una educación ajena a nuestra realidad que no ayuda a disminuir la delincuencia, la violencia contra la mujer, es un problema social de carácter estructural.
En la actualidad se observa permanentemente la violencia contra la mujer, en todos los ámbitos sociales, es bastante preocupante para la sociedad, cuando ocurre un maltrato a la mujer, sus familiares, la ciudadanía en general quieren tomar algunas represalias con sus propias manos, debido a la desconfianza hacia las autoridades de justicia.
Hasta ahora parece normal excluir a la mujer de muchas actividades, de parte de los varones, diferentes instituciones y autoridades, a pesar que las leyes mandan a respetar los derechos de la mujer.
La familia y la comunidad, daban importancia a los hijos varones y recibían desprecio las hijas, sólo ellos podían estudiar y las mujercitas debían dedicarse a las actividades domesticas. Los varones considerados hombres fuertes y las mujeres débiles.
Las niñas en la escuela, eran discriminadas, los varones considerados como estudiantes más inteligentes que las mujeres. Eso ha continuado en la universidad, hasta ahora tenemos colegio de varones, colegio de señoritas continuando con el machismo en la educación. Cuando recibe maltrato físico y psicológico la mujer, se distorsiona su afectividad, su sinceridad, su honestidad y su dignidad.
Se observa en parejas cómo algunos esposos van maltratando a sus esposas, tomándola en cuenta como empleada, un objeto, una esclava, y algunas mujeres se acostumbran a ese trato y se convierten machistas atemorizadas a vivir, con miedo, todos los días, y los hijos con estos problemas psicológicos, asisten a la escuela, con temor, formándose en personas adultas con estos prejuicios. Para evitar estos problemas debemos trabajar en la educación, en las relaciones humanas, en la parte emotiva de los estudiantes, hacer tratamiento psicológico al matrimonio, y no solo condenar al varón, hay que buscar las causas de la torpeza, de la violencia, porque la violencia existe en la mujer y en el hombre, en la orientación educativa se necesita la participación de ambas personas.
La pelea que sobrellevan los conyugues, influye, en la desunión de los hijos se convierten en personas violentas, desde la infancia estos maltratos a la mujer, ocasionan el divorcio, el abandono de los hijos, quienes se educan sin afecto del padre y la madre. La sociedad facilita la separación del matrimonio, castigando al hombre, agravando el fracaso del matrimonio y esto provoca la continuidad del machismo y la violencia contra la mujer.
Todavía nuestra comunicación es brusca, ofensiva, violenta, no existe cariño, nos comunicamos con rencor, resentimiento, orgullo personal, y no existe humildad en el trato, esta forma de comportamiento daña a la sociedad enormemente. La escuela debe jugar un papel fundamental para superar estas taras de la sociedad.
Los niños y niñas, asisten en esas condiciones a la escuela, necesitan ayuda del director, profesores, para conocer de cerca a los estudiantes abandonados, trabajar con la comunidad educativa para disminuir la violencia de los estudiantes.
La educación, debe considerar en el nuevo currículo sobre los derechos de la mujer, trabajar primero en la familia y luego en la escuela y la comunidad coordinando para cambiar roles. Hacer que se respeten los derechos de la mujer, desarrollar en los estudiantes igualdad de oportunidades y condiciones, organizando eventos, cursos, talleres, seminarios, de orientación, de carácter interinstitucional. Investigar las causas de la violencia social, para dar una respuesta efectiva.
La escuela debe ser parte de la vida del barrio, de la zona, de la comunidad indígena, originaria campesina, desarrollando su realidad sociocultural, sin ninguna discriminación.
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