Sábado 02 de marzo de 2013
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El voluntariado social se construye sobre la base de sinergias continuas de complementariedad. Sinergias entre los propios voluntarios, entre el voluntario y las estructuras de la organización para coordinar y ejecutar las acciones de acuerdo a objetivos coherentes. Sinergias con otras organizaciones para conseguir resultados sociales de mayor calidad y cohesión social.
Y cómo no, sinergias entre el voluntario social y el propio beneficiario de su acción; ya hemos dicho que el voluntario debe participar en la medida de sus capacidades en la resolución de los conflictos de aquél. La voluntad puesta en esta labor debe ir acompañada muchas veces por una voluntad del beneficiario, especialmente en procesos de reinserción. Esto crea una red paradójica de trabajo en equipo en la que todos somos imprescindibles aunque el trabajo no dependa de ninguno de nosotros en concreto.
No se deben confundir los sentimientos de responsabilidad con los de culpa, un mal aliado para desempeñar nuestra acción voluntaria, aunque, sin duda, actúa en numerosas ocasiones en las motivaciones que tiene una persona para ser voluntaria.