Miercoles 27 de febrero de 2013
ver hoy
Realmente es extraña la política del gobierno: hace pocos días, el Presidente Morales indicó que “no convienen las nacionalizaciones” y, de un día para otro, decide nacionalizar Sabsa que, desde hace varios años, administra los aeropuertos de El Alto en La Paz, Wilstermann en Cochabamba y Viru-Viru en Santa Cruz. Entre las explicaciones o razones que se dio está aquello de “mala atención”, “no inversiones”, “pésima administración” y otros justificativos.
Si al gobierno – al actual o a otros – le pareció que no había buena atención, que no se cumplían contratos, que no habían inversiones, ¿por qué dejó que siga una especie de “bola de nieve” y se compliquen más los defectos y errores de las empresas que manejaron lo nacionalizado?, ¿Qué se esperó para que los organismos correspondientes – como es Aeronáutica Civil en el caso de los aeropuertos – no observaron lo malo, no llamaron la atención y exigieron el cumplimiento de compromisos?, ¿Se esperó para que, como mentis a anteriores declaraciones, se siga con las políticas de nacionalización?
El país ha comprobado, desde octubre de 1952 en que se nacionalizaron las tres grandes empresas mineras, que este tipo de procesos es totalmente contraproducente porque si bien favorece a la militancia partidaria de quien está en el gobierno, daña seriamente la economía nacional, disminuye notablemente la cantidad y calidad de la producción, crea desconfianza en el país y en sus autoridades y los posibles inversionistas dudan hasta de las mínimas buenas intenciones que hubiese.