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Domingo 24 de febrero de 2013

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Revista Dominical

Rómulo Gallegos

24 feb 2013

Fuente: LA PATRIA

Por: Vicente González Aramayo Zuleta

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Rómulo Gallegos es uno de los más grandes escritores del mundo. Por esta razón ha ocupado Venezuela, su patria, un lugar preponderante en la literatura mundial, Incluso ha creado un premio literario con su nombre. Nació en Caracas en fecha 2 de agosto de 1884. Venezuela es un país extenso, situado en la parte norte de Sudamérica, bañada su costa por el Mar de las Antillas. Se halla rodeado de montañas y atravesado por el río Orinoco. En las selvas de Venezuela se encuentra la catarata más alta del mundo: El Salto Ángel. En contraste con la parte cordillerana y las montañas hermosas, en Venezuela existen grandes llanuras y la mencionada sabana, selvas bajas y profundas, con grandes recursos de fauna y flora inexplotados en la época de Gallegos. Para el nacimiento como república tuvo que afrontar luchas políticas, que contravinieron, incluso a los ideales de Bolívar. En cuanto a lo humano Venezuela concentraba remantes naturales de pueblos originarios como los caribes y muchos otros que vivían en los chaparrales, negros llevados de Liberia y, saldos también del imperio Chibcha, confinados a la servidumbre. El suelo venezolano fue ocupado por los conquistadores españoles, Alvarado entre ellos, pero también tomaron parte de la ocupación aventureros alemanes, que por entonces no fueron nada prácticos ni industriosos, sino seres simplemente ávidos de riqueza, puesto que el nuevo mundo se abría como un cofre de la abundancia, cada quien deseaba un pedazo del pastel. En el período de la infancia de Gallegos no existía adelanto visible en Venezuela. Giraba en el ambiente democrático, pero sólo en la capital; en las provincias no se sabía qué régimen imperaba porque lo vital era llevarse el pan a la boca. Allí, la gente vivía generalmente en viviendas esmirriadas, precariamente construidas, cuyos habitantes no buscaban ni siquiera comodidad, obviamente, menos suntuosidad. Se desplazaban por andurriales polvorientos y agitados por el viento de la sábana, enorme y enigmática planicie donde era fácil perderse por sus espejismos singulares. En una aldea semejante a muchas, llamadas Apure, anduvo Gallegos, pero siendo ya un adolescente pudo abrirse campo y conoció amigos de la misma vocación de escritores. El ideal de todos era apoyar los ideales más constructivos de la sociedad, en vista de los problemas que recrudecían en perjuicio de la patria. El prologuista de las obras de Gallegos, Jesús López Pacheco con respecto de las palabras de Gallegos escribe: “…no doliera el corazón por sus campos desiertos, sus tierras ociosas, su gente campesina al desabrigo de los ranchos mal parados en los topes de los cerros y allá… ¡Qué delgado del humo de los hogares que por encima de las techumbres pajizas indicaba cocimiento de pan escaso¡ ¡cuán parecidos a gritos de angustia las voces de llamada de las madres a los hijos que por entre los matorrales anduvieron hurtándoles el cuerpo desnutrido a los quehaceres domésticos! Y ya teníamos sustancia de sensibilidad para nuestra dolorosa patria”. Sus amigos fueron Enrique Soublette, Salustio González, Julio Planchard y Julio Horacio Rosales. Estos cinco noveles literatos publicaron la revista La Alborada. Rómulo Gallegos en su vida ya de escritor consagrado, y de acendrada personalidad y méritos fue nombrarle senador por la provincia Apure, donde se desarrolla la novela Doña Bárbara, pero el escritor sentía en su ser el impulso de dignidad que los hombres de su talla sienten, declinó tal ofrecimiento porque provenía del dictador Juan Vicente Gómez, “…que mantenía a su patria dominada por el terror…” Gallegos se exilió voluntariamente, estuvo en España, en México y otros países. Había hecho conocer al mundo su vasta obra literaria, sus hermosas novelas. Doña Bárbara, Reinaldo Solar, La trepadora, Cantaclaro y sus cuentos. Fue designado Presidente de Venezuela en comicios generales y obtuvo el 100% de los votos. No podré referirme al argumento de todas o principales novelas de este escritor, pero al menos lo haré de la más conocida: Doña Bárbara, de la que se hizo una buena película y una mala telenovela.

LA NOVELA

Doña Bárbara es un personaje singular, mujer que carácter temperamental que lo cultivó después de sufrir una mala experiencia, por cuya razón mostraba un rechazo profundo a los hombres. Ella es dueña de la hacienda de una aldea de la provincia Apure, situada en la sabana, es poseedora de ganado vacuno en su hacienda llamada Altamira. Muestra la novela a la gente campesina pobre que vive de lo que da escasamente la tierra; existe poca producción y mucha sabana, en algunos momentos describe a campesinos desgalichados, pero parte de su supervivencia estriba en el comercio de plumas de garza, producto muy cotizado. Doña Bárbara es la muestra más hermosa de las mujeres venezolanas… hermosa y soberbia, cabalga y blande un foete. Hizo una hija que había dejado de ser niña hacía poco; igualmente bellísima de nombre Marisela, cuyo padre era un borracho empedernido. Ambas mujeres conocieron a un prototipo del varón, admirado por su estampa y carácter duro y actitud altiva: el abogado Santos Luzardo, igualmente afincado, y como vecino de Altamira, en la trama se lo ve comprometido al trabajo de deslindar límites de las haciendas. Doña Bárbara se enamora de Santos Luzardo y comienza el hilo narrativo, el nudo, y el acceso dialéctico del argumento. No obstante su carácter altanero resulta para ella un freno. Mira que ella y Luzardo son dos temperamentos soberbios en colisión, y llega a la conclusión de que nunca podrá acceder al hombre por sus atributos naturales De modo que pretende salir por el lado de la magia a tratar de someter a Santos Luzardo para que pierda todo aplomo y se le arrodille. Repite frente al retrato invertido de Luzardo con tres cirios, un conjuro que termina “…verte vencido y humilde como Cristo ante Pilatos…”; pero nada se eso le surte y después de una trama tensa, el clímax permite una resolución favorable a la cordura de ella, porque se convence que el hombre deseado no es para ella, sino para Marisela, entonces se repliega hacia un sentimiento de resignación.

LA PELÍCULA

La película que vi sobre la novela homónima es mexicana. Es de la serie de buenas películas que producían empresas mexicanas de las décadas del 30, 40, 50 verdaderas obras maestras del cine, en blanco y negro, dirigidas por geniales directores como Gabriel Figueroa, que además era genio en la fotografía, René Cardona, Emilio Fernández, “El Indio”. Y actores y actrices como Jorge Negrete, Pedro Infante, Roberto Cañedo, Pedro Armendáriz, Armando Calvo, Emilio Tuero, José Cibrián, Ernesto Alonso, los hermanos Soler, Mario Moreno, María Félix, Dolores del Río, María Elena Márquez, Libertad Lamarque, Gloria Marín.

Muchos no sólo fueron cantores, (en México parece que todos los actores y actrices son cantores) sino también hicieron de personajes dramáticos, en producciones literarias puestas en escena de novelas importantes como Doña Bárbara, El Niño de la bola (Historia de un gran amor, de A. Alarcón), La vorágine, Historia de un canalla, Vértigo, La Perla, Enamorada, Pueblerina, y muchas más obras de arte en el cine de blanco y negro. Ahora bien, la película Doña Bárbara ha sido interpretada por María Félix, a la que se la presenta bella y deslumbrante y asaz sujeta a la obra de gallegos. Muestra su talento histriónico en forma magistral. El papel del Dr. Santos Luzardo hace el actor Julián Soler, igualmente demostrando su capacidad de actor, revistiéndose debajo de la piel del personaje. Como Marisela hace la bella actriz María Elena Márquez. Secundan los otros papeles no menos importantes como el de Andrés Soler. Los demás son extras. Todos viven a su personaje. El escenario se halla ajustado al ambiente bucólico, grato y típico de la aldea venezolana, ambientado de acuerdo con la naturaleza del lugar como lo describe el autor de la obra. La jerigonza del lenguaje mismo es venezolana- La fotografía es digna de Gabriel Figueroa y es una verdadera obra maestra… un poema del cine. A mi juicio el gran valor plástico de esta película fue por la fotografía, precisamente por ser en blanco y negro y porque fue tomada por el ojo del poeta que fue Figueroa.

LA TELENOVELA

Pude ver una telenovela naturalmente mexicana con el mismo nombre que creo tuvo la duración de cinco cuaresmas. Muy poco, casi nada tiene que ver con la obra de Rómulo Gallegos, los personajes tienen los mismos nombres de los de la obra. A principio creí que se trata de otra obra con el mismo nombre, pero me indigné al ver que se había tomado el nombre de la novela y del autor: Doña Bárbara. Ocurre que en las telenovelas mexicanas la mayor e inicial inversión que puede ser harto costosa, es el equipo, comprado para mil telenovelas. Porque el material que ha de usarse ulteriormente para el desarrollo de éstas será más barato. Necesitarán sólo un ambiente… una casa, donde se realizarán todas las tramas aunque cada una de ellas dure muchos meses. La telenovela Doña Bárbara se halla protagonizada por Edith González, que no tiene ninguna resonancia ni gracia como María Félix y seguramente por mejor marketing le han dado el papel de Luzardo a un galán muy acomodaticio, que hace publicidad de perfumes o telas. La telenovela la han ambientado en un período moderno que nada tiene que ver con la obra, los personajes son poco menos que asiduos a discotecas, y galanes y mujeres de las calles, coches relucientes y escaparates iluminados, celulares, que nada de eso existe en la novela. Todos ellos se ven envueltos en los elementos que caracterizan a todas las telenovelas mexicanas: las intrigas escabrosas, enredos pasionales y otras hierbas. La interpretación de Edith González a Doña Bárbara se halla lejos de ser espléndida, más bien es un papelón. En suma, con gran irresponsabilidad y arbitrariedad han manoseado la excelsa obra de Gallegos y me pregunto si existe algún familiar del consagrado escritor, como para formular un reclamo a la productora de la dichosa telenovela. Probablemente esa telenovela haya sido hecha para los que no leyeron la novela de Gallegos, ni vieron la película con María Félix y fue posiblemente también una gran promoción que generó dinero. Para quien escribe estas líneas la telenovela Doña Bárbara es sólo bosta de vaca.

Los mexicanos están acostumbrados a alterar arbitrariamente célebres novelas con tal de darle al público, del cual sacan los mejores y mayores dividendos el mayor gusto: “el final feliz”. Como un ejemplo más y no lejano es la alteración del final de obra de Enrique Ibsen: Casa de Muñecas, para darle un final feliz. Según algunos sociólogos sostienen que la telenovela resulta una lacra. Suele perjudicar en las familias relaciones entre esposos y atrasa la cultura.

Fuente: LA PATRIA
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