La saña con la que actúan los carabineros de Chile en contra de tres adolescentes bolivianos que cumplen su servicio militar obligatorio, nos muestran un odio y un fuerte afán de actuar practicando el chauvinismo que se mantiene latente en ciertos círculos de la sociedad del vecino país, desde siempre; producto de la educación que reciben en materia de historia con un exasperado “nacionalismo fundamentalista”. Las Fuerzas Armadas y la policía militarizada, se consideran, a ellos mismos, una fuerza vencedora en las confrontaciones bélicas en las que actuaron; pero, en realidad, sólo fueron fuerzas organizadas y bien armadas por países extranjeros, para que vayan en contra de una sociedad civil completamente desarmada.
A los ejércitos invasores que actúan contra indefensos territorios donde habitan pacíficos ciudadanos, no se los puede considerar “vencedores”, sino simples avasalladores de los derechos ajenos y que actúan con premeditación, alevosía y ventaja, sin que, por medio, exista una guerra declarada.
Los videos que nos muestran a tres muchachos cabizbajos, conscriptos de nuestro ejército, y no militares profesionales como quieren hacer aparecer los policías chilenos, tratando de mostrar su “acto de heroísmo” en superlativo, como quien está jugando a “las guerritas”, no son sino una suerte de complejo belicista que les enseñan en los cuarteles.
Todo ese teatro armado para mostrar “la fuerza de los uniformados de Chile”, viene a constituirse en una muestra del odio que sienten por Bolivia y los bolivianos. Tienen bronca de depender de las aguas del Silala para la supervivencia en territorios invadidos. Bronca de no tener gas; bronca por no gozar de riquezas como las existentes en los salares de Uyuni y Coipasa; frustración de mirar de lejos (a veces) la Laguna Verde y la Laguna Colorada. Pero eso sí, mostrar esos atractivos turísticos como si pertenecieran a Chile. Envidia de ver pasar nuestras riquezas naturales por sus narices, rumbo a mercados europeos y asiáticos. Por último, rabia que tres adolecentes hayan mostrado valentía luchando contra el contrabando, cuando los carabineros sólo hicieron de la vista gorda y los dejaron pasar.
Se pueden alegar un sinnúmero de Tratados incumplidos, lo mismo que instrumentos internacionales en materia de cooperación jurídica internacional en contra del crimen organizado; el desconocimiento de la Convención Interamericana de Asistencia Penal Mutua; en fin, se puede reclamar por el injusto y hasta humillante trato a tres adolecentes, cuyo único delito es vestir uniforme del ejército boliviano y llevar un fusil, no para agredir a las “victoriosas y gloriosas Fuerzas Armadas chilenas”; sino, al crimen organizado. A contrabandistas que pasaron por los puestos de control de Chile, sin problema alguno, hasta llegar a nuestra frontera donde fueron interceptados por esos tres conscriptos que sólo cumplían su deber.
La altiva reacción que los carabineros de Chile, conduciendo con “orgullo” a tres adolescentes (casi niños) frente al juez; de veras, cae en lo risible y hasta en el ridículo. Esos son los “héroes de la frontera” jugando a las “guerritas”.
Por lo menos... esa es mi opinión.
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