Poco más de un mes nos separa de la celebración del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que por lo menos hasta el momento no tiene ninguna variable significativa en materia de su organización y menos en lo que corresponde a su forma de administración, compartida entre la Asociación de Conjuntos del Folklore (ACFO), la Alcaldía en materia económica y de orden instructivo tradicional con el Comité de Etnografía y Folklore.
Se mantiene vigente una disposición que así determina las responsabilidades de los organizadores del Carnaval de Oruro, cuyos ejecutivos deben coordinar con la debida anticipación la forma de mejorar esa organización para dar mayor brillo —cada año— a la presentación de miles de danzarines ante centenares de miles de espectadores.
Lo que siempre se dice, y no se hace, es que al final de un carnaval deben ser analizados seriamente los aspectos negativos de manera que para el próximo año tales errores no se produzcan y se eliminen los aspectos negativos hasta encontrar un modelo organizativo que proporcione seguridad a los danzarines y comodidad a los visitantes.
Evaluaciones abiertas sobre los problemas permanentes no se han hecho, por ejemplo para establecer medidas prácticas que eviten el excesivo consumo de bebidas alcohólicas entre los danzarines y el público, además de evitar el juego con agua y el uso de espumas, todas estas molestosas y perjudiciales en el desarrollo de la Entrada Devocional y el Corso de Carnaval.
Temas como el control municipal, el apoyo de efectivos policiales y militares a lo largo de toda la ruta, son aspectos que deben manejarse con mucha responsabilidad, pues de la autoridad que imponga estos tres segmentos de control dependerá el éxito del resto de la programación, considerando que por parte de los “devotos” su presentación es innegable, salvando algunos casos que cada año son menores con problemas de orden interno en los conjuntos o con algún danzarín irresponsable excedido en bebidas alcohólicas.
No debió olvidarse la necesidad de licitar pública e internacionalmente el derecho de transmisión televisiva del Carnaval de Oruro, lamentablemente este año también habrá que soportar la improvisación a que nos tiene obligado el canal estatal que si bien tiene alcance de mayor cobertura respecto a los otros nacionales necesita de un personal especializado y conocedor de la materia, no de cualquier presentador musical o un audaz relator, se trata del evento de mayor magnitud en su género no sólo en Oruro-Bolivia, sino en toda la región latinoamericana, de ahí el título otorgado por la Unesco.
Se espera que en los días que quedan, directivos y autoridades puedan centrar su atención en los detalles organizativos, en las medidas o disposiciones que deben disponer las autoridades en la coordinación de todas éstas, para el fiel cumplimiento especialmente de las restricciones que deben aplicarse y cuya observancia debe ser parte de la responsabilidad absolutamente de todos, Prefecto, Alcalde, folkloristas, efectivos policiales, militares y municipales, pero también de cada orureño que como anfitrión debe cuidar su fabuloso Carnaval.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.