Jueves 14 de febrero de 2013
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
Un proyecto equivocado
14 feb 2013
Por: Humberto Vacaflor Ganam
Que el gobierno decida invertir 840 millones de dólares en una planta de urea mal diseñada, mal emplazada y peor calculada para los fines del marketing es algo que debería provocar una inmediata enmienda.
Todos los expertos, comenzando por Carlos Miranda, han dicho que la planta de Bulo Bulo no tiene sentido y, en realidad, es un absurdo, pero el gobierno mantiene su decisión de ir adelante.
Lo último que se ha sabido del gobierno sobre este desacierto es que se propone, en 2018, decir a Brasil que si quiere seguir comprando gas natural boliviano deberá ir “casadito” con urea.
Esta idea genial surgió cuando quedó claro que Brasil estaba instalando tres gigantescas fábricas de urea en su territorio, fábricas que usarán el gas boliviano como materia prima. Se había perdido el principal mercado de exportación que inspiró el proyecto boliviano.
Cuando alguien advirtió que el costo de producción de la urea boliviana iba a ser muy alto, el gobierno se apresuró en anunciar que el precio que deberá pagar la planta por el gas natural será menor a la mitad del que se cobra por el gas exportado. Traducción: Bolivia se propone subvencionar también la urea de exportación.