Lunes 11 de febrero de 2013
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Entre las coplas de Carnaval está esa que reafirma su alegría, pero que desconoce su autoría en el contexto popular, lo cierto es que una vez al año durante varios días (más de tres) la gente se divierte, gasta y según dicen olvida sus penas y deja pendiente de solución sus problemas para posteriormente volver a la realidad de un modo de vida con deberes y obligaciones.
El Carnaval tiene sus propias características en diferentes partes del mundo, en la mayoría de los casos es una demostración de euforia desmedida, de consumo de bebidas, hasta de baile desenfrenado, pero es parte de esa pausa en el año para dejar a un lado la pesadez de algunas obligaciones y hasta un rosario de problemas, es un escape cuyo origen depende de aquel sitio donde se produce con la continuidad de arraigadas tradiciones o la implementación de nuevas formas de rendir pleitesía al Dios Momo la redondeada figura del amo europeo de Carnaval.
En el caso especial del Carnaval de Oruro, la Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad título de excelencia concedido por la Unesco, las facetas tienen sus marcadas diferencias, como el comienzo del evento siempre en sábado que no es precisamente de Carnaval, más bien se trata de la muestra de fe y devoción de miles de danzantes que ofrecen su sacrificio físico y el de orden material a la milagrosa Virgen del Socavón, por tanto la peregrinación sabatina no tiene nada que ver con el Carnaval en sí. Una muestra de los atuendos, coloridos y costosos es el resultado de muchos meses de trabajo de expertos artesanos que plasmaron en los disfraces su habilidad manual dando valor agregado de exclusividad a su obra.
Fuente: LA PATRIA