Viernes 01 de enero de 2010
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No cabe duda que en la última década la industria minera nacional ha tenido un crecimiento muy significativo que le ha permitido convertirse en el pilar del desarrollo económico y social del país.
En 1999 la producción de cobre alcanzaba a 4.400.000 toneladas. Esa cifra se ha incrementado en 1.000.000 de toneladas.
Algo similar ha ocurrido con las exportaciones mineras. En 1999, representaban el 44% de los envíos totales de Chile. Diez años después, representan el 60%.
La coyuntura minera se ha visto favorecida por el buen comportamiento que ha tenido el precio del cobre este año, después de la brusca caída luego de la crisis financiera.
El aporte al financiamiento fiscal ha sido igualmente muy relevante. Sólo en el período 2005-2008 la minería en su conjunto (estatal y privada) ha aportado con el 28% de la totalidad de los ingresos que percibió el Estado.
Pero uno de los aspectos tanto o más significativo es la contribución a la disminución de la pobreza en el país. Un claro ejemplo es la Región de Antofagasta, una zona minera por excelencia. En 1998, esa región presentaba una tasa de pobreza que alcanzaba a 12,7%. Dicho porcentaje cayó a 7,3% en la última medición.
Fuente: Diciembre de 2009.-