En la vida de toda comunidad, en cualquier parte del mundo, hay muchos hechos y realizaciones que son satisfactorios para los pueblos y hay también hechos que lastimaron y pusieron de manifiesto conductas extrañas para el diario vivir. El año 2012 tuvo características especiales para nuestro país: la continuación de los delitos de contrabando; el aumento de los cultivos de coca y su consecuente fabricación de pasta base y cocaína cristalizada; el no funcionamiento debido de los tribunales de justicia en base a los postulados esgrimidos sobre idoneidad, honestidad y responsabilidad en las elecciones para jueces; y, tal vez lo más grave, el descubrimiento de una red de corrupción en algunas dependencias del gobierno.
Por supuesto, hay que reconocer que las consecuencias de la subvención a los carburantes sigue lacerando nuestra economía; por su lado, los índices inflacionarios continúan; el caso de la construcción de la carretera que atravesaría el Tipnis que dio lugar a los hechos del 25 de septiembre de 2011 siguen en la agenda de dolor y cicatrices no cerradas de los componentes del Tipnis y de todo el pueblo boliviano que compartió todo lo sufrido por esos campesinos.
Mucho de lo ocurrido, se tenía la esperanza de que fuese corregido por el gobierno; pero, lamentablemente, el año 2012 que podía ser el tiempo de las enmiendas, ha sido de agravamiento de mucho de lo pasado porque el país se ve obligado a importar diesel y está en peligro de hacerlo con el gas; el camino motivo de preocupación y que rompería todo el tramo ecológico de Isiboro Sécure, tiende a seguir porque, se informó: “hasta hay tres compañías petroleras que exploran esos territorios en busca de petróleo” (aunque, en alguna oportunidad ya se informó sobre la existencia del oro negro en todo ese territorio). El narcotráfico, con sus consecuencias como ser el lavado de dinero, el mayor consumo por parte de nuestra población y el desprestigio internacional, continúan.
El Gobierno, decidió, en varias oportunidades, corregir yerros y enmendar conductas; pero, no lo hizo y la población continúa en espera de hechos que modifiquen efectivamente políticas que lastiman mucho al país; el régimen del MAS y muy especialmente el Presidente Morales tienen que estar conscientes de lo que es preciso hacer y también de lo que no debe hacerse; pero, parece que más se imponen exigencias partidarias y hasta caprichos que sería preciso satisfacer con miras a las elecciones del año 2014.
¿Cuánto implicaría cambiar? Seguramente muy poco especialmente si se aprovechan las experiencias que han dañado tanto al Estado como al propio gobierno; pero, serán precisas decisiones políticas, desarraigarse de compromisos y tomar conciencia de país y vocación de servicio; caso contrario, al seguir con las políticas del dejar hacer lo único que se logrará es empeorar lo malo y no dar lugar a hechos positivos que restañen las heridas sufridas. Si hay efectivamente conciencia de cambios, habrá que tomar caminos ciertos, especialmente si se quiere dejar buena imagen y una administración que podría ser positiva tan sólo queriendo hacerlo, abandonando poses de soberbia y renunciando a tentaciones de socialismos de extrema izquierda que ya fracasaron en el mundo.
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