El máximo organismo de los trabajadores del país, la Central Obrera Boliviana, (COB) aprobó en un reciente ampliado insistir ante el Gobierno para la nacionalización del ferrocarril boliviano que actualmente se encuentra bajo administración de la chilena Cruz Blanca, del grupo inversionista Luksic, en la parte occidental, mientras lo que corresponde a la zona oriental está bajo el control de la estadounidense Genesee Wyoming, ambos casos se mantienen vigentes desde 1995 cuando se produjo su privatización durante la gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada.
El planteamiento que mejor sería denominarlo como una “recuperación” del sistema ferroviario boliviano, para darle verdadero sentido de orden práctico a retomar el control del sistema de transporte más estratégico del país y cuyo funcionamiento en otra época cumplió el objetivo importante de dar vida a muchas poblaciones rurales y acercar a sus habitantes a los centros de consumo en las ciudades, con tarifas especiales e itinerarios de frecuencia diaria que permitían trasladarse a miles de bolivianos en las rutas y las estaciones de las ciudades, con beneficios directos especialmente comerciales.
Extrabajadores de la Empresa Nacional de Ferrocarriles (ENFE) reclamaron en muchas ocasiones la reversión de la medida privatizadora y la nacionalización del sistema, sin embargo no sólo en el actual gobierno (7 años), sino en los anteriores se buscó ese objetivo histórico de recuperar el ferrocarril lamentablemente, sin que existan sólidas justificaciones para mantener el esquema privatizador, se permite que tan importante servicio de transporte social siga siendo explotado por empresas foráneas que además, por lo menos en el caso de la denominada “red occidental”, se ha verificado una pérdida de los valores de la empresa, de sus bienes que han sido reducidos en alarmantes proporciones y sólo sirven a los fines del transporte de carga con beneficios estrictamente económicos, anulándose el sentido de beneficio comunitario.
Desde la llegada del ferrocarril a Oruro – Bolivia, ésta ciudad se convirtió en el “centro ferroviario” del país y las operaciones sobre las paralelas de acero convergían hacia la estación orureña, tradicional y especial para distribuir los trenes de pasajeros y carga a destinos como La Paz, Cochabamba o los del Sur como Potosí, Sucre o Villazón con extensiones especiales de orden internacional a la Quiaca o Antofagasta.
En la actualidad las condiciones de transporte de pasajeros exige la reposición del tren con sus especiales características que por efecto de la tecnología tienden a mejorar al punto que un grupo chino ofreció instalar un “tren rápido” que se origine en Oruro.
Lamentablemente las autoridades locales, los parlamentarios, asambleístas y concejales no han tomado responsabilidad sobre este asunto que sólo se mueve por el interés de los exferroviarios y algunos dirigentes cívicos que analizando la situación, coinciden en plantear la reposición del ferrocarril, para servir con mayor efectividad a las clases populares y rehabilitar las estaciones ferroviarias intermedias que daban vida a muchas poblaciones, manteniendo vigente la integración práctica y física del país.
El planteamiento de la COB debe mover un apoyo decidido de instituciones y autoridades locales, pues bien vale la pena pensar nuevamente en restablecer los servicios ferroviarios hacia el valle, conectarlo vía Aiquile con la red oriental para llegar hasta Santa Cruz y volviendo de ese sector poder llegar hasta la sede de Gobierno, posiblemente con más tiempo pero con más seguridad y comodidad y con menor inversión.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.