Río de Janeiro marca un hito en la historia del olimpismo

Río de Janeiro dio en el 2009 un giro a la historia del deporte al ser elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2016, primera ciudad sudamericana que recibe un encargo que parecía reservado a las opulentas urbes del primer mundo.

El llanto interminable del presidente Lula en Copenhague tras conocer la victoria de su candidata resumió el 2 de octubre la emoción de millones de cariocas, brasileños y sudamericanos, incluso el de quién sabe cuántos ciudadanos de otras partes del mundo que consideraron el triunfo de Río un acto de justicia.

Por el camino quedaron los cadáveres de Chicago, pese al apoyo presencial de Barack Obama en la elección de Copenhague; de Tokio, con toda su autoridad económica y tecnológica; y de Madrid, que con un proyecto sensato y casi terminado llegó hasta la última votación, pero que tuvo que agachar la cabeza de forma inequívoca ante Río (66 votos a 32).

Brasil asume ahora la ingente tarea de organizar el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, mientras las perdedoras reflexionan a distinta velocidad sobre su futuro: Tokio ya ha anunciado su candidatura para 2020, Estados Unidos se afana en acabar con la indefinición de su comité olímpico nacional, origen de buena parte de sus males, y Madrid se mantiene a la expectativa después de sus dos derrotas consecutivas.

La candidatura madrileña costó 37,8 millones de euros, según datos ofrecidos por el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, que señaló que 21 de ellos habían sido cubiertos por los patrocinadores. Las elecciones municipales de 2011 parecen el horizonte sobre el que se decidirá la continuidad de las aspiraciones de la capital.

Mientras, la rueda olímpica sigue girando y ya se ha cerrado el plazo de presentación de candidaturas para los Juegos de Invierno de 2018, con Múnich (Alemania), Annecy (Francia) y PyeongChang (Corea del Sur) como aspirantes.

En la reunión de Copenhague, el COI también reeligió al belga Jacques Rogge como presidente, con 88 votos a favor y uno en contra, y renovó el programa olímpico con la admisión del golf y del rugby a siete a partir de 2016.

Ya en diciembre, el organismo retocó ligeramente el programa de los Juegos de Londres 2012 al admitir el torneo de dobles mixtos en tenis y ajustar por enésima vez las pruebas de ciclismo en pista para incorporar a más mujeres.

En su cruzada continua contra el dopaje, el COI siguió analizando las muestras tomadas en 2008 durante los Juegos de Pekín y retiró la medalla de oro en los 1.500 metros a Rashid Ramzi, de Bahrein, y la de plata de ciclismo en ruta al italiano Davide Rebellin tras encontrar en sus análisis trazas de CERA, la tercera generación de la hormona sintética EPO.

Fuente: Madrid, (EFE).-