Despertaron los mineros,
los socavones se agitan
y en el oscuro vientre de la tierra
hay risas y libaciones.
¡¡¡Salud!!!... por el Tío de la mina
¡¡¡Salud!!!...gritan todos a coro,
ha llegado el Carnaval.
El tío, el de la eterna sonrisa,
bañado en copajira, calla
sólo calla…
Es apenas arcilla solitaria;
quiere decir algo, pero calla,
encadenado a los mágicos rituales.
Se levanta el minero,
se levanta el hombre de callosa mano
y corazón sencillo;
Afuera…hay luz;
es el sol del altiplano,
que inclemente,
calienta los arenales
dando vida a th’olas
quishwaras y pajonales…
Es la luz de la dulce mirada
de la señora, madre nuestra
la Virgen de la Candelaria;
es la luz del amor,
del verbo hecho carne,
y la música convertida en oración.
La virgen sonríe,
iluminando el agreste altiplano
que en dramática magia
funde todas las culturas.
Las nubes se abren;
son las ventanas del cielo
para contemplar a Oruro
que prepara el Carnaval.
Y ese solitario pedazo de arcilla,
callado y tímido, pero sonriente
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sale del fondo de la mina;
se viste de luces,
se pone máscara y espuelas
dispuesto a conquistar
a Bolivia y a todos los continentes,
bailando, bailando… como cada año,
en honor a la virgen cubierta de estrellas.
El misterio de la vida,
la eterna lucha entre bien y el mal,
ha resurgido.
enfrentando su apasionado drama
convertido en canto, en baile
y hasta en llanto.
Desde los hondos abismos
el diablo atisba,
ansioso por recorrer las calles orureñas
y bailar y bailar…como cada año.
El ritmo de la vida se acelera
y estalla en cantos,
se acomoda y se despliega.
Se pone máscara
y baila, baila…como cada año.
La virgen sonríe complaciente
su corazón se alegra,
y elevando sus ojos al cielo
ruega por nosotros, los mortales,
simples mortales que de hinojos
derraman lágrimas encantadas
a los pies de su imagen.
y bailan, bailan…como cada año.
La orgullosa estirpe de los Urus
se anima con elegantes brincos
y se mezcla entre las multitudes
para despertar en loas,
en cantos, en bailes y alegrías
llevando con el viento
de estas pampas,
el mensaje universal
de amor, de religión,
y de esa pagana alegría
de nuestro Carnaval.
Y en ese su afán de mostrar al mundo
lo que es Oruro y su folklore
recibe como premio universal,
ser “Obra Maestra”,
“Patrimonio Oral e Intangible
de la Humanidad”.
Nada hubiera sido posible,
si la auténtica belleza de sus danzas,
no fueran una ofrenda
a nuestra Virgen del Socavón;
verdadera artífice de la devota
inspiración de los moradores
de estas pampas, que estando
más cerca del cielo,
reciben, la bendición de la morena Virgen.
Desde el cerro Santa Bárbara
Se yergue ahora su imagen
de grandes dimensiones terrenales.
Su imagen divina empero es infinita,
...inconmensurable.
Ahora reina desde las alturas
en uno de los cerros orureños.
Su imagen es tan grande, tan grande…
Que cabe en el corazón del orureño.
Oruro, 1º de Febrero de 2013