La frase común de fin de año es “que rápido ha pasado el año” y en verdad que para muchos, en realidad para la mayoría, ha sido un periodo fugaz de una serie de hechos que menos mal podrían desaparecer a la culminación de los 365 días ordenadamente dispuestos en cualquier calendario, pero con valiosa experiencia para unos y no menos frustraciones para otros.
Es que se debe reconocer que políticamente muchas promesas no fueron satisfechas y tras varios años de esperar cambios para vivir mejor estamos con la esperanza de que recién pueda darse esa alternativa.
Termina un año y con el un periodo especial de nuestra historia, así sucedió horas atrás con el Congreso Nacional que dio paso al nacimiento del órgano legislativo que se denomina como la Asamblea Legislativa Plurinacional. Pasa también propiamente con el Estado boliviano que en adelante deberá adecuar su funcionalidad a la flamante Constitución Política del Estado, reformada.
Se trata de muchos cambios a la vez que cobran vigor por efecto de la decisión popular expresada a través del voto y además establecidos por la presión que han ejercido los “movimientos sociales”.
Estamos en el inicio de otro año, para los políticos de otra gestión, para el pueblo de nuevos 365 días de esperanza, estamos en realidad inmersos en un proceso que se desatará con todo su vigor en los próximos días y que involucra a los recientemente electos “representantes del pueblo” que en abrumadora mayoría legislativa tendrán sobre sus hombros la delicada responsabilidad de aprobar leyes al por mayor para dar funcionalidad a la nueva Constitución.
Los años pasados y entre estos el último han sido de activo movimiento político – partidista, al punto que se criticó en repetidas oportunidades la prioridad asignada a solucionar los entuertos de la politiquería interna, postergando de manera indefina la atención que necesitaba y precisa en el momento la administración económica nacional, con impulso directo al sistema productivo.
Comenzamos otro año y con marcado optimismo en las medidas que se irán aprobando para poner en práctica las políticas de desarrollo nacional que han sido anunciadas de manera persistente en la prolongada campaña electoral.
Es importante que el nuevo año no existan más frustraciones, que los errores del pasado no se repitan y puedan enmendarse para devolver la confianza a todos los bolivianos, pues se trata de un país global, de una Nación unida justamente en su plurinacionalidad y por lo mismo merecedora de atención equitativa, solidaria y justa.
Con seguridad que habrán coincidencias entre nuestro esperanzador anhelo y el que tiene la mayoría de los bolivianos y que no es otro que vivir en armonía, en paz, despojándonos todos de intereses mezquinos y alentando juntos un programa de beneficio común que contiene en su agenda, fuentes de empleo, seguridad jurídica e incentivos a las inversiones para poner en marcha todo el aparato productivo, basado en el uso de nuestros recursos naturales y la fuerza de millones de brazos en pos de bienestar y dicha. Felicidades a todos los hermanos bolivianos y que Dios ampare nuestra Patria.
Fuente: LA PATRIA
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