Monumento a la Virgen del Socavón movió el tapete del mundo

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Desde la cima del cerro Santa Bárbara, que tiene una altura de 3.850 metros sobre el nivel del mar, donde corre un viento helado, característico del altiplano; cimentado sobre la fuerza de las rocas que le da la fortaleza al terreno, está el monumento a la Virgen del Socavón.

Allí con una mirada piadosa y vigilante, concebida por las manos de escultores de “Formas 21”, está la imagen sagrada, que no es más que una réplica tridimensional del lienzo pintado por un autor anónimo, y en lo que se conocía como el “socavón de la Virgen”, la imagen era venerada desde casi la misma fundación de la Villa de San Felipe de Austria.

Ahora la fe se fortalece con el monumento de 45,4 metros de altura y 1.500 toneladas, de ferrocemento, hormigón y fibra de vidrio, que en las manos de 110 anónimos autores, centímetro a centímetro, fueron tomando forma.

De éste equipo 70 laboriosos trabajadores, profesionales y artistas, comandados por Rolando Emilio Rocha Medrano, con el apoyo de Víctor Javier Ocaña Uzares y Radharani Navas Condorcett, se encargaron de darle forma a la escultura. Un trabajo silencioso que desde los talleres, en medio de arcillas, fibra, metales, pinturas y un sin fin de herramientas, ahora es visible a partir de una impresionante imagen que puede ser apreciada desde los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

Las obras civiles a cargo de las empresas Caabol SRL y Navla Ltda. demandaron el desplazamiento de al menos 40 personas, dirigidas por Mauricio Aramayo, Jaime del Castillo y Milton Dávila, que entre obreros y profesionales con precisión consolidaron la imponente estructura.

MOVER EL TAPETE

El artista Rolando Rocha, cuyo nombre quedará grabado como parte de la historia del monumento, confiesa que nunca había pensado que una de sus obras iba a ser captada por cámaras de la cadena televisiva estadounidense CNN o la agencia Reuters, así como por una infinidad de medios de comunicación bolivianos.

“Con esta obra hemos movido el tapete del mundo”, comentó reconociendo que la difusión a través de los medios de comunicación, ya consolidaron a la obra, que está a pocos días de ser concluida, como un atractivo turístico orureño.

El monumento a la Virgen del Socavón, con sus 45,4 metros de altura, ya está catalogado entre los más altos, por lo menos en Sudamérica, en relación a las figuras escultóricas como el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro en Brasil que tiene una altura de 38 metros, situado en la cima del cerro del Corcovado a una altitud de 709 m.s.n.m. y, el Cristo de la Concordia de Cochabamba con una altura total de de 40,44 metros que fue erigido en la cima del cerro San Pedro a una altitud de 2.835 m.s.n.m.

En cuanto a imágenes femeninas, se conoce que en Ecuador está la Virgen de los Ángeles, con una altura de 20 metros.

TESTIMONIOS

Allí en la cima del cerro Santa Bárbara, con el privilegio de ver a diario a Oruro desde las alturas, están los anónimos artífices de la obra que día que pasa se convierte en un orgullo orureño.

Muchos de ellos tienen historias que contar, de las jornadas en las que fueron testigos de diferentes manifestaciones y vivencias, de protagonistas que motivados por la fe católica y devotos de la Virgen del Socavón, llegan hasta el monumento para ver la escultura arquitectónica de semejante magnitud que fortalece la devoción.

Uno de ellos es Luis, más conocido como “El chaqueño”, que hace poco tiempo llegó a Oruro, y por la cabeza ni se le pasaba la idea de trabajar en este proyecto. Ahora está orgulloso de ser partícipe de semejante emprendimiento, que se construye con recursos financiados por el Gobierno Autónomo Municipal, que con una inversión de 8,7 millones de bolivianos, con seguridad deja una obra espectacular, para alegría y orgullo de los habitantes de Oruro. Luis a diario trabaja con una sonrisa a flor de labios, contento de ver cómo la obra está a punto de ser concluida.

“Así nomás pasó el tiempo, de a poco avanzó…, pero viendo cómo viene la gente, nos dimos cuenta que no estábamos construyendo un edificio, es algo más importante por lo que representa para la gente”, dice y mira las flores que varios devotos llevaron hasta el monumento.

“Vienen y prenden velas, oran, se ponen de rodillas, es impresionante la fe que le tienen”, comenta y se acuerda que será partícipe del Sábado de Peregrinación, en devoción a la Virgen del Socavón, como oso en filas de la Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro.

Entretanto, Adela, la celosa guardiana del lugar, es una amable paceña, que junto a su esposo, desde inicios de la obra, llegó a Oruro como encargada del almacén, pero a la vez en su poder está la llave del ambiente donde se guarda la maqueta de una altura de 1,5 metros, que sirvió para orientar la construcción del monumento. Esta imagen acompañó el día a día de los trabajadores.

Por lo poco que se conoce de los testimonios de los trabajadores, hasta el lugar ya llegaron delegaciones extranjeras, incluyendo el caso de religiosos argentinos y monjas polacas, que quedaron impactados con la magnitud de la obra que embellecerá el paisaje orureño.

También estuvieron por allí, chilenos y peruanos, al margen de cientos de bolivianos que ya llegan a Oruro, para apreciar el Carnaval reconocido el 2001 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y el año pasado reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).

Fuente: LA PATRIA