Sábado 26 de enero de 2013
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Editorial y opiniones
LO QUE NO DEBEMOS CALLAR
Necesidad de una auditoria electoral
26 ene 2013
Por: Santiago Berríos Caballero
A partir de las elecciones nacionales del año 2009, hemos estado observando la multiplicidad de cédulas de identidad con el mismo nombre, pero con diferente número de filiación, al extremo de que inclusive se rumoreaba que en las listas, particularmente en el área rural, votaron inclusive personas fallecidas, pero que hábilmente aparecieron sus nombres como por arte de magia, lo que determinó llegar a la percepción de que algún grupo político fue el beneficiario de esa multiplicidad de cédulas de identidad, y también del voto póstumo de fallecidos.
Todos estos antecedentes, además de los resultados en las últimas elecciones en Bermejo y Punata que fueron convocados para la elección de la autoridad municipal, así como la del pasado domingo 20 de enero en el departamento del Beni, han surgido algunas apreciaciones de ciudadanos que significan ingresar en la incredulidad de la transparencia electoral en los últimos tiempos.
A ello se añade que, a partir del año 2006, los comentarios de la carnetización infunden cierta presencia de un supuesto fraude electoral, toda vez que con la presencia de foráneos en dicha carnetización, que en aquellos momentos determinó inclusive sustituir a los funcionarios de la Dirección Nacional de Identificación Personal, dependiente hasta entonces de la Policía Nacional, arreció la percepción que toda la población boliviana tuvo sobre aquella actitud, la misma que fuera inclusive cohonestada por el mando policial, en una suerte de sometimiento a dicha presencia foránea, que trabajo las veinticuatro horas en forma permanente. Y así lo informaron algunos funcionarios policiales de esa época, quienes infelizmente no tuvieron el valor civil de denunciar públicamente tamaña afrenta.