Es alarmante la frecuencia con que se producen accidentes de tránsito en carreteras del país y es preocupante la cantidad de víctimas fatales y los heridos que se suman después de cada uno de esos trágicos hechos, que por investigaciones preliminares realizadas corresponden a fallas humanas por irresponsabilidad de conductores y propietarios de los buses y en no menor porcentaje a fallas mecánicas en los vehículos de transporte de pasajeros.
Esos resultados revelan que existe deficiente control en las terminales de pasajeros, pues se permite la salida de ómnibuses de pasajeros sin adecuado control técnico, pues muchos de estos motorizados acusan fallas, además de no verificar las condiciones físicas de los conductores que pueden estar cansados por largos viajes o en estado de ebriedad, ambas circunstancias peligrosas para la responsabilidad de trasladar generalmente entre 40 a 50 pasajeros que dependen increíblemente de las circunstancias preliminares de cualquier viaje.
Las víctimas fatales de los accidentes registrados en enero suman más de medio centenar y las listas de heridos sobrepasan el centenar de damnificados, trágica combinación que afecta a cerca de doscientas familias cuyos miembros pueden sumar fácilmente un medio millar de afectados directos.
De acuerdo a las características de estos accidentes también se atribuye parte de esa fatalidad al mal estado de ciertas vías camineras, especialmente las de la zona yungueña en La Paz, donde también priman adversas condiciones atmosféricas; pero se da el caso que los últimos hechos con muertos y heridos se han registrado en caminos del oriente, valle y altiplano lo que revela que el problema corresponde al mal estado de los motorizados o la irresponsable actitud de propietarios de buses que permiten el trabajo de choferes en condiciones poco saludables.
Ni en las terminales, tampoco en los retenes camineros se toman la molestia de controlar particularmente las condiciones físicas de los conductores, ni se exige la presencia de un conductor de relevo cuando se trata de viajes por más de 4 horas continuas en camino. Es propiamente nulo un sistema de chequeo técnico a la llegada o la salida de los enormes buses que transportan vidas humanas, aunque pesados camiones con pesada carga son también parte de los accidentes en carretera por fallas humanas, cansancio o beodez.
Con estos antecedentes es sumamente importante exigir el estudio y aprobación de medidas específicas en leyes y disposiciones vigentes, que precautelen la seguridad de las personas que por necesidades propias deben trasladarse de uno a otro distrito bajo directa responsabilidad de choferes que en muchos casos incumplen sus deberes profesionales.
Dadas las características de los últimos hechos, el Gobierno mediante el viceministerio de Seguridad Ciudadana convocará a la cumbre de “seguridad y responsabilidad del transporte” con el objeto de analizar seriamente la situación, establecer las condiciones que priman para la frecuencia de accidentes y determinar estrategias técnicas y preventivas para evitar mayores daños a la seguridad familiar por efecto de accidentes. Hay problemas técnicos, irresponsabilidad e imprudencia manifiesta de propietarios de buses y choferes, malas condiciones de ciertos caminos, falta de controles efectivos en terminales y retenes, además de la carencia de medidas estructurales para el control de calidad de servicios del transporte de pasajeros en áreas urbanas, interdepartamentales e interprovinciales. Es un asunto de mucha responsabilidad y amerita soluciones radicales.
Fuente: LA PATRIA
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