Miercoles 23 de enero de 2013
ver hoy
Vivir situaciones de incertidumbre para cualquier pueblo es contraproducente y atentatorio porque no da paso a soluciones que pueda tener una nación; puesto que el mal de la incertidumbre es supresor de la libertad que requiere el ser humano para enfrentar las situaciones álgidas que pueda tener en su vida. Esto es exactamente lo que ocurre cuando la economía está supeditada a caprichos o doctrinas ajenas a la independencia y libertad que debe tener para desarrollarse y progresar.
Países que han caído en regímenes arbitrarios y dictatoriales como han sido los de la órbita comunista de la URSS, al no tener derechos lo primero que han perdido es su libertad económico-financiera para desenvolverse, porque una economía de Estado o, peor, manejada por el gobierno o el régimen para sostenerse, precisa ser arbitraria, dictatorial y hasta tiránica porque no hay otras formas de sostenerla.
Cuando el ser humano pierde su libertad para el ejercicio de sus habilidades o sistemas para sostenerse y vivir, para decidir qué hace y cómo enfoca su vida y la de su familia, cuando se ve regulado por designios de quienes tienen poder legal o detentan el mismo, no puede sino atenerse a las reglas impuestas, aun sabiendo que dentro de ellas no tiene esperanzas para mejorar su vida.
