La autonomía debe ser el instrumento que asegure el desarrollo departamental
21 ene 2013
Fuente: LA PATRIA
Desde el año 2010, cuando se promulgó la Ley Marco de Autonomías y Descentralización, se ha producido tan sólo un movimiento de conocimiento del instrumento y pese a esa etapa muy necesaria para saber de qué se trata, aún no ha podido implementarse la misma para que su práctica defina la marcha administrativa de los departamentos. El problema es generalizado casi en todo el país, salvando el adelanto en algunas regiones donde justamente comenzó el proceso, aunque todavía no se consolidó.
En el caso de nuestra región, como lo reconocen algunos asambleístas, el asunto no avanzó ni siquiera en lograr el control autonómico de ciertas factorías públicas asentadas en nuestro distrito y que son administradas directamente desde la Sede de Gobierno, ejemplo que siguen otras empresas privadas que ejecutan sus operaciones en Oruro pero hacen compras y tributan en La Paz y en otros distritos. Este sólo hecho es altamente perjudicial para el interés regional postergado al no tener concluido y reglamentado su documento autonómico.
Si bien el funcionamiento de ciertas empresas se produce en nuestro medio se sabe que en el orden administrativo inclusive se define la contratación de personal que no es de Oruro, por tanto se estaría restando fuentes de empleo en nuestra ciudad donde la desocupación tiene uno de los índices más altos del país.
Hay industrias que funcionan a medias, proyectos inconclusos, empresas que no terminaron sus compromisos, otras que cobraron sin haber empezado obras asignadas por licitación, hay proyectos muy importantes que demoran muchos meses (años) en poder concretarse para cumplir sus objetivos, el caso de la carretera hacia Pisiga, el Puerto Seco, el Parque Industrial, la reactivación minera con planes de exploración y seguridades de inversión, así como lo que falta por hacer en materia de agricultura y ganadería, en turismo y artesanía, además de otros muchos proyectos de diversificación productiva.
Hay una larga y perjudicial espera y una ansiedad de que cuanto antes el famoso reglamento autonómico defina, establezca y garantice el desarrollo sostenible departamental en base al uso y beneficio logremos de nuestros recursos naturales.
En este asunto hay responsabilidades muy concretas que debieron cumplirse hace tiempo atrás y que lamentablemente en más de dos años no tiene avances concretos, lo que obliga a la institucionalidad orureña a exigir que en el tiempo más breve posible sea definido el uso de nuestro documento autonómico y su reglamento para establecer las prioridades que están relacionadas directamente con nuestros planes de crecimiento en función a nuestras propias necesidades y expectativas, y no en relación a las decisiones políticas del poder central.
Está muy próxima la celebración revolucionaria del 10 de Febrero y de una buena vez los orureños deberíamos asumir la responsabilidad de avanzar de manera práctica y objetiva en solucionar esas falencias que nos impiden alcanzar nuestros proyectos y anhelos más importantes.
Las instituciones vivas del distrito tienen que tomar a su cargo la responsabilidad de exigir a quienes corresponda mayor trabajo y responsabilidad plena para definir nuestra carta autonómica, debidamente consensuada y aglutinando todas las propuestas que signifiquen establecer las mejores condiciones para cumplir nuestra proyección de desarrollo general.
Fuente: LA PATRIA
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