Miercoles 16 de enero de 2013
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Editorial y opiniones
Que las malas experiencias sirvan y no se las repita
16 ene 2013
Por: Armando Mariaca V.
Innegablemente, todo régimen político partidista que asume el poder en una nación lo hace munido de buenas intenciones, con vocación de servicio y teniendo hasta conciencia de país porque, en el llano de la vida diaria, han comprobado y hasta sufrido las consecuencias de los diversos problemas que aquejan a la colectividad; pero, una vez en el poder, parece que todo lo propuesto “se lleva el viento de los olvidos de conveniencia”.
Estas amnesias determinan que condiciones pésimas de administración, disposiciones dadas al azar y ajenas a la realidad del país, nepotismo y otras faltas se cometen inclusive bajo el eufemismo de ser “en beneficio de las mayorías”. Son experiencias que se repiten continuamente porque el poder obnubila y parece no dejar espacio para la reflexión y un aprovechamiento sereno, honesto y responsable de las experiencias.
En política partidista ocurre lo que tantas veces pasó con gobiernos de facto que, por premuras o conveniencias hicieron lo que no se debe y cunden las políticas del “dejar hacer y dejar pasar” que agravan los problemas y crean otros. Lo pasado muestra cuán poco o nada sirve lo experimentado, lo sufrido, lo que no ha rendido frutos positivos en pro del bien común.