Loading...
Invitado


Domingo 13 de enero de 2013

Portada Principal
Revista Dominical

Despertemos a una triste realidad: “el divorcio”

13 ene 2013

Fuente: LA PATRIA

Por: Dra. Vilma Margarita Mier Vargas

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

En el presente artículo no nos vamos a referir a las situaciones que conllevan los divorcios, los daños que ocasionan, más aún cuando existen hijos, quienes continuarán una vida sin el apoyo paternal o maternal, de uno de sus progenitores. Vamos a referirnos a situaciones, a realidades que ocasionan los divorcios, la separación de los convivientes. De donde, con el propósito de transmitir, de manera precisa y amplia las causales de divorcio, captamos información no sólo de personas divorciadas, sino también de quienes tomaron conocimiento de casos de divorcio.

Todo divorcio ocasiona daño, no sólo a la familia, sino también a la sociedad. Es por ello que, llama la atención lo indicado el 24 de octubre de 2012 en la Revista “Para Ellas” del diario “El Deber” de Santa Cruz de la Sierra que, según la Coordinadora de la Mujer, en Bolivia un promedio de 16 divorcios se registran cada día. Tal es así que en el año 2011 se registraron 5.887 divorcios en todo el país. Información reveladora conforme a cifras del Servicio de Registro Cívico (Sereci). Aclarando que, no todos los divorcios realizados en instancias judiciales llegan a ser registrados en el Sereci, porque el registro de la desvinculación matrimonial no es obligatorio. Cabe entender que los 5.887 divorcios mencionados corresponden a matrimonios legalmente efectuados y registrados. También convendría referirnos a aquellas uniones conyugales libres o de hecho, que es cuando el varón y la mujer, voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida en común en forma estable y singular, con la concurrencia de los requisitos establecidos por los Artículos 44 y 46 al 50 del Código de Familia “Ley Nº 996”.

5.887 divorcios, que se incrementan en más, si consideramos las separaciones de las uniones conyugales libres o de hecho antes mencionadas.

Asimismo, tal publicación afirma que, “en los últimos cinco años, entre 2007 y 2011, se registraron en nuestro país 30.832 divorcios. En última publicación del 16 de diciembre de 2012 del referido periódico menciona que, en el año 2012 del 1 de enero al 30 de noviembre, en el departamento de Santa Cruz, según el Servicio de Registro Civil (Sereci), se registraron 7.000 matrimonios y los divorcios fueron 3.500.

Quizás muchos, consideren el divorcio como algo normal y necesario entre parejas cuya unión no funcionó. Para otros, como simples personas, vean el divorcio como un hecho más de la vida. Pensemos en el hombre divorciado, en la mujer divorciada, sobre todo en los hijos cuyos progenitores se divorciaron. ¿Cuál la vida futura de estos? Todos tenemos un criterio sobre el particular. Para sí mismos, es necesario, que manifiesten vuestro criterio.

Como en todo país, en el nuestro, nuestra vida en sociedad, está regulada por leyes. Leyes que en más de las veces no las conocemos, pero que nos corresponde cumplirlas. Es por ello que, antes de referirnos a las realidades que inciden para que una pareja en matrimonio se divorcie, o se separen quienes viven en unión conyugal libre o de hecho, es necesario comentar sobre los tres tipos de matrimonio, que creemos que usted como su pareja debe conocer, al igual que quienes piensan hacer vida en pareja. Seguidamente, nos referimos sobre el particular al Código de Familia “Ley No. 996”, que en su Libro Primero, Título I, De la Constitución del Matrimonio, Capítulo I, Disposiciones Generales, indica que existen tres tipos de matrimonio: El Matrimonio Civil; el Matrimonio Religioso y; el Matrimonio Religioso con efectos Civiles. Como también cabe mencionar que existe otra forma de unión reconocida por el Código de Familia denominada “Unión Conyugal Libre o de Hecho”.

El matrimonio civil, es la unión de dos personas de distinto sexo reconocida por ley, que debe celebrarse con los requisitos y formalidades prescritos en el Código de Familia “Ley No. 996”, en su Título I, Capítulo II, De los Requisitos para Contraer Matrimonio y del Capítulo III, De las Formalidades Preliminares, De la Oposición y de La Celebración Del Matrimonio.

En cambio, el matrimonio religioso, es independiente del civil y puede celebrárselo libremente de acuerdo a la creencia de los contrayentes y siempre que éstos hayan realizado el bautizo, la primera comunión y la confirmación; pero sólo tendrá validez legal y producirá efectos jurídicos el matrimonio civil.

El matrimonio religioso con efectos civiles, es válido y surte efectos jurídicos cuando se lo realiza en lugares apartados de los centros poblados donde no existan o no se hallen previstas las Oficialías de Registro Civil, siempre que concurran los requisitos previstos en el Código de Familia, en su Capítulo II del Título I y se lo inscriba en el registro civil más próximo, debiendo el celebrante enviar para ese fin al oficial de registro civil el acta de celebración y demás constancias bajo su exclusiva responsabilidad y sujeto a las sanciones que se establecerán en su caso, sin perjuicio de que puedan hacerlo los contrayentes o sus sucesores.

La Unión Conyugal Libre o de Hecho, es cuando el varón y la mujer, voluntariamente, constituyen hogar y hacen vida común en forma estable y singular, con la concurrencia de los requisitos establecidos en los Artículos 44 y 46 al 50 del Código de Familia. En caso de separación por parte de uno de los convivientes, el Código de Familia “Ley No. 996”, en su Artículo 169, a la letra indica: “En caso de ruptura unilateral, el otro conviviente puede pedir inmediatamente la división de los bienes comunes y la entrega de la parte que le corresponde, y si no hay infidelidad u otra culpa grave de su parte, puede obtener, careciendo de medios suficientes para subsistir, se le fije una pensión de asistencia para sí y en todo caso para los hijos que quedan bajo su guarda”.

Conforme indica el Artículo 167 del Código de Familia, la unión conyugal libre termina por la muerte o por voluntad de uno de los convivientes, salvo en este último caso la responsabilidad que pudiera sobrevenirle.

Bien sabemos que los hijos nacidos de padres legalmente matrimoniados, tácitamente, son hijos legítimos de la pareja. Los hijos de padres convivientes, no matrimoniados ante la ley, para considerar la legitimidad paterna deben ser reconocidos, unas veces directamente otras mediante procesos legales.

INCIDENCIAS PARA EL DIVORCIO

Como resultado de las investigaciones y entrevistas realizadas, conocimos variedad de realidades que inciden para los divorcios o separaciones, las mimas que, a continuación mencionamos:

1) LA VIDA EN SOLTERÍA VERSUS LA VIDA EN MATRIMONIO

La vida en soltería es muy distinta a la vida en matrimonio, la pareja de solteros dependientes o no de un hogar familiar, con dinero o sin dinero, disfrutan del vivir. Al casarse o juntarse, cambia la realidad de sus vidas. Ya como pareja, deben enfrentar diversas situaciones: alquilar un cuarto o una vivienda, pagar los servicios de luz, agua, alcantarillado, recojo de basura; pensionarse o prepararse las comidas; comprar todo lo necesario para el aseo personal; adquirir vestimenta; atender problemas de salud; costear gastos de compromisos sociales. Es decir autoabastecerse para enfrentarse a las necesidades del diario vivir. Más aún, al ser pareja, se esfuman los aires de conquista, el deseo de estar juntos, el soñar amándose. Recién sobreviene el conocimiento real, en alma y cuerpo, de la pareja: el aseo, la pulcritud, el orden, el respeto, la flojera, la dejadez, la consideración, el apoyo, los mimos o atenciones de ambos. Por lo antes indicado, no es de extrañar que parejas que enamoraron durante varios años, ya casados o juntados, a los pocos meses de convivir escapen, optando por el divorcio, volviendo a la vida de ensueño, la soltería. Si sobrevienen los hijos, crecen las necesidades, las obligaciones.

2) HERMOSURA VERSUS BELLEZA

Se enamora, sobre todo atraído (a) por la hermosura (lo físico) no la belleza (el alma). A las muchachas en primera instancia les agrada, les gusta, los jóvenes esbeltos; el color de su piel, el color de sus ojos, su mirada, el corte de su cabello, la comisura de sus labios, las cejas. Su altura, la compostura de su cuerpo, si es atlético mejor, aunque tenga las piernas arqueadas. Su vestir, su modo de hablar, su mirar, sus atenciones, su coche, su familia. En segunda instancia queda el apreciar la belleza de éste, es decir sus valores morales. Los jóvenes en su mayor parte, aprecian la atracción física de la mujer, sea delgada o no, el atractivo físico de la mujer, la manera de desenvolverse, su liberalidad y sociabilidad, sin prejuicio alguno. Es decir, consideran primordialmente la hermosura de la mujer. Poca atención prestan a la belleza contenida en la mujer, a sus valores morales. Toda forma con el pasar del tiempo se deforma, cambia, decae. La hermosura es pasajera. La belleza no. Lo uno es superficial, lo otro profundo, la hermosura impresiona al corazón, la belleza al alma, a la mente, al ser.

Quienes conviven o se matrimonian sin considerar antes principalmente, la belleza, los valores morales de la pareja, enfrentan la posibilidad de incurrir en divorcio, en razón a los defectos o antivalores que practican.

3) CONFIANZA VERSUS DESCONFIANZA

La falta de confianza o el exceso de confianza en la pareja pueden dar lugar al divorcio. Los celos resultan de la desconfianza que se tiene en la pareja. Estos ocasionan discusiones, insultos, peleas, daños psicológicos o físicos. Por otra parte, ante el exceso de confianza, la pareja comete el gran error de aceptar que en el seno de su hogar conviva un familiar o una amistad, mujer u hombre, cuyo trato atento, cordial, amable y amoroso puede influir en los sentimientos, originando amorío con alguien de la pareja. Por ello, no es raro enterarse que, el hermano o la hermanita se metieron con la cuñadita o el cuñadito. O en su caso, el tío, la tía, el padrino, etc.

4) ASEO VERSUS DESASEO

En el solterío, durante el enamoramiento, cada quien, cuida de su vestimenta, de su aseo personal, de su buena presencia, donde la frescura y la fragancia de los perfumes o lociones, resaltan, embelesan el amor que se sienten. Pero el cambio de estado civil, de soltero a casado, otra etapa de la vida, ante la multiplicación de las obligaciones, aumento de los gastos, aumento de las tareas a cumplir, peor aún si ya hay hijos, limitaciones económicas y de tiempo, ocasionan sobre todo, en la mujer, descuido en su arreglo personal. No faltando mujeres solteras que con su delicado arreglo y su fragancia a rosas atraigan a quien con el matrimonio perdió a la dulzura de su pasión amorosa. Si la mujer casada descuida su aseo personal tenga por seguro que tarde o temprano su esposo se divorciará de ella.

5) ATENCIÓN DEL ESPOSO VERSUS ATENCIÓN DE LOS HIJOS

En el matrimonio con el nacimiento de los hijos, crece el hogar familiar. A falta de una planificación familiar, va en aumento el número de hijos: uno, dos, tres, cuatro, cinco, etc. Niños inocentes que precisan, necesitan el cuidado, la asistencia de sus padres, sobretodo de la madre. Madre que en su abnegada labor, atiende a sus hijos, descuidando la atención al esposo, quien en algún momento encontrará quien le ofrezca las atenciones, las caricias, los mimos o cariños que antes le ofrecía su esposa. Aceptemos o no aceptemos lo descrito, ocurre, terminando en divorcio.

6) DESARROLLO VERSUS ATRASO

En la etapa del solterío, los enamorados, en cuanto al nivel de conocimientos, preparación, formación, se mantienen en equilibrio. Ya en la etapa del matrimonio, cuando la esposa es la reina del hogar, es decir: atiende al esposo y a los hijos; preparándoles y sirviéndoles la comida, lavándoles y planchándoles sus ropas, encargándose de las compras de los requerimientos de la familia (variedad de enseres), sobre todo encargándose del aseo, de los hijos, de la casa, de los utensilios de cocina, etc., aparte de atender del cuidado de la salud de los hijos, labor grandiosa que en gran medida limita su desarrollo intelectual. Mientras el esposo, en su condición de trabajador, con otras relaciones sociales, con mayor tiempo para mejorar conocimientos, acrecienta su nivel intelectual, el mismo que supera al de su esposa. Esta diferencia también puede originar divorcios.

7) VITALIDAD VERSUS CANSANCIO

Las múltiples tareas que la mujer cumple en el hogar le ocasionan cansancio físico. En momentos o instantes en que se encuentra a solas con su esposo, antes de amoríos, caricias, mimos, cariños optan por dormir. Indiferencia que molesta al esposo. Si la esposa carga con gran parte del trabajo que se realiza en el hogar, y el esposo en poco o nada ayuda, ello influye en la reacción nerviosa de la mujer, el estrés diario que le afecta, más el cansancio físico comentado, ocasionan molestias, enojos, divergencias, que inciden para el divorcio de la pareja.

8) CRITERIO DE ÉL VERSUS CRITERIO DE ELLA

En la pareja de recién casados, ya no son los padres de una o del otro quienes tienen que tomar las decisiones sobre uno o varios aspectos. Son ellos los que ahora deben adoptar una u otra determinación. Pero ocurre que, cada uno de ellos, piensa de manera diferente, por tanto tienen criterios divergentes. Tal es así: Ella quiere que se compre una movilidad pequeña, él una vagoneta amplia; Ella aboga por alquilar una vivienda, él por tomarla en anticrético; Ella no quiere pertenecer al Club de Leones, él sí. Ante un error, fracaso alguno, por la aplicación de determinado criterio, que ocasionó pérdida económica, se juzga, se culpa al que aplicó su criterio. Así las diferencias aumentan, crecen, hasta finalmente llegar al divorcio.

9) DISTRIBUCIÓN DE TAREAS

Realizado el matrimonio, a veces, con fiesta otras sin fiesta, comienza otra forma de vida, aparece la acumulación de tareas para la pareja. Si no existe una adecuada o equilibrada distribución de las tareas que corresponden realizar, o estas en su mayor parte son asignadas a uno en beneficio del otro, poco a poco se presentan las discrepancias, las disconformidades, los enojos, las molestias, los mismos que, con el transcurrir del tiempo, se acrecientan, ocasionando incompatibilidades que finalmente terminan en divorcio, la separación de la pareja.

10) TRABAJO REMUNERADO VERSUS TRABAJO NO REMUNERADO

El hombre, en más de los casos vive ajeno a la realidad de la vida en el hogar. Si bien éste puede trabajar, como dependiente, en “x” o “z” lugar; en “x” o “z” puesto, enfrentar problemas laborales, en más de las veces ser explotado, ganar menos de lo que debería ganar. Pero su trabajo es remunerado. Situación que de ningún modo es comparable con el trabajo, que una “verdadera” mujer realiza en el hogar. Múltiples tareas, aparte de servir al marido como lavandera, cocinera, es cuidadora de los hijos, etc. Cabe aclarar que esa labor, abarca no sólo 8 horas, a veces hasta 16. Sueldo no existe, menos sobretiempos. No se conoce licencias, menos reposo por enfermedad, en otras palabras la mujer debe cumplir con sus tareas sin pretexto alguno. Si el esposo efectúa gastos extras, no justificados, que disminuyen los ingresos obtenidos, siendo estos insuficientes para la atención de las necesidades de la familia, principalmente de los hijos, sobrevienen las discusiones, las incomprensiones, los enojos, las peleas, terminan en el divorcio.

11) DISTANCIAMIENTO CONYUGAL POR VIAJES

Asuntos laborales obligan a viajar a un miembro de la pareja. Si el alejamiento es continuo o por tiempo prolongado, ocasiona que, quien viaja, en el lugar donde realiza su actividad laboral conozca a otra persona que conquiste su amistad, su cariño, supla la relación conyugal que le ofrece su pareja, encaminándose hacia el divorcio. Por ello, se recomienda que, en matrimonio, los esposos deben convivir juntos, sobre todo la mujer no debe permitir o aceptar distanciamientos por motivos laborales, permitiendo que la pareja de vez en cuando visite a la familia.

12) SUEGROS O SUEGRAS QUE HACEN TERMINAR LOS MATRIMONIOS

Quienes se casan, forman pareja para enfrentarse a la vida. Mejor si viven independientemente. Ni con los padres de la mujer, ni con los padres del hombre. Ello es saludable. No existe miramiento. Menos crítica alguna. Más aún si por vez primera se enfrentan a realidades nunca antes vividas. Los suegros, especialmente las suegras con sus críticas pueden destrozar el corazón, los sentimientos del yerno o nuera. Ellas, como suegras, tienen una vida vivida, con éxitos y fracasos. Tienen experiencia. Equivocadamente quieren que los recién casados actúen como ellas, sin errores, caídas, malentendidos, peor con ingenuidad. Todos quieren lo mejor para sus hijos o hijas. Quizás una buena ama de casa, una buena cocinera, un excelente galán, un buen profesional. Un excelente padre. Lamentablemente nadie nos enseñó ello. Se lanza uno al matrimonio, con sólo el ejemplo que le ofrecen sus padres, que en más de las veces poco o nada bueno hicieron, al igual que muchos fueron del montón.

13) VIOLACIÓN SEXUAL EN EL MATRIMONIO

Actualmente, hay quienes siguen creyendo o pensando que una mujer casada tiene obligaciones ineludibles o inexcusables que cumplir para con el marido, entre estas el tener relaciones sexuales con éste, el momento que él quiera, donde quiera y como quiera. Quizás resultado de esas concepciones o ideas equivocadas acerca de los derechos y obligaciones que tiene toda mujer, es por lo que la mayor parte de la población desconoce las leyes vigentes en nuestro país.

Toda mujer, no debe considerarse un objeto sexual. Menos estar supeditada a la orden o mando del esposo, para satisfacerle en sus deseos sexuales, el momento que se le ocurra a éste. El concebir un nuevo ser, debe ser resultado de una relación amorosa, no forzada.

Lamentablemente no faltan esposos, cual si fuesen enfermos mentales, cometen abusos sexuales con su pareja, forzando a relaciones que dañan el sentimiento, la dignidad de la esposa, realidad causal del divorcio.

14) DIFERENCIA DE EDAD Y GRADO DE MADUREZ SEXUAL

La mentalidad de un joven de 23 años es distinta a la mentalidad de una persona de 35 ó 40 años. El uno vive la vida con alegría, con poco control, sin prejuicios, ni miedos, sin pánico. El otro, el de mayor edad, vive con mayor seriedad, cautela, previsión, pudor, miedo, etc. Situaciones que inciden en la convivencia de parejas cuyas edades se distancian con los años antes mencionados. Si la mujer es menor de 23 años, a ésta le gusta divertirse con frecuencia, le agrada música moderna, bailes como: el reggaetón, electrónica, karaokes; vestir con escasa ropa, mostrando sus atributos corporales, ser centro de atracción. Si el hombre es mayor de 35 años participa en reuniones sociales, donde disfruta de buena bebida y comida; un vestir elegante y formal, según la ocasión; bailes de música no tan movida, menos extravagantes. Reuniones sociales en las que quiere departir con su esposa y que esta no divierta a otros. No le agrada que otros con aires de conquistadores, la piropeen o se porten muy atentos con ella, la inviten a bailar, o que cuando bailen con ella se le apeguen demasiado. En otras palabras, la joven quiere vivir la vida, el otro quiere captar sólo para él esa vida.

Acabamos de referirnos a realidades que inciden para que ocurran los divorcios. Pero, según el Artículo 130 del Código de Familia, Ley Nº 996, ante un proceso de divorcio, las causales que se consideran son las siguientes:

1. Por adulterio o relación homosexual de cualquiera de los cónyuges.

2. Por tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro o por ser autor, cómplice o instigador de delito contra su honra o sus bienes.

3. Por corromper uno de los cónyuges al otro o a los hijos, o por connivencia en su corrupción o prostitución.

4. Por sevicia, injurias graves o malos tratos de palabra o de obra que hagan intolerable la vida en común.

Estas causales serán apreciadas teniendo en cuenta la educación y condición del esposo agraviado.

5. Por abandono malicioso del hogar que haga uno de los cónyuges y siempre que sin justa causa no se haya restituido a la vida común después de seis meses de haber sido requerido judicialmente a solicitud del otro.

Cuando el esposo culpable vuelve al hogar, sólo para no dejar vencer aquel término, se lo tendrá por cumplido si se produce un nuevo abandono por dos meses.

El juez debe apreciar las pruebas y admitir el divorcio sólo cuando por la gravedad de ellas resultan profundamente comprometidas la esencia misma del matrimonio, así como el interés de los hijos, si los hay, y el de la sociedad.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: