Viernes 11 de enero de 2013
ver hoy
Aunque seamos católicos confesos y que creamos en la resurrección de las almas, aunque sostengamos que somos creación divina y que nada tenemos que ver con los monos, no podemos admitir que el reconocimiento y los homenajes los otorguemos a los muertos, por qué esperar que a un ciudadano notable, tengamos que reconocerle tal privilegio, cuando ya está fuera del mundo terrenal. Un absurdo.
Todos los seres humanos tenemos cierta vanidad, que muy bien puede llamarse orgullo o amor propio, de ahí que sería justo y necesario que los homenajes sean en "vivo y directo"; no tiene sentido el reconocer fortalezas y virtudes a un cuerpo inerte.
En Oruro, a cesar de ser una ciudad pequeña y restringida hay valores humanos, de mucha significación, de gran capacidad intelectual o de otra índole, acaso sea tiempo de reconocer que la declaratoria de nuestro Carnaval como "Obra Maestra e Intangible del Patrimonio Oral de la Humanidad", no fue precisamente obra del Espíritu Santo, han habido artistas, intelectuales, cultores del folklore y sus variadas tradiciones que forjaron ésa distinción universal. Sería un acto de Justicia reconocer esa laboriosidad de personas é Instituciones, que hicieron posible obtener tal galardón, no es posible esperar el deceso de esos protagonistas para enaltecer su trabajo.