La historia se repite al inicio de cada año una vez que los sectores ciudadanos perfilan el presupuesto familiar, que se origina en la asignación salarial que recibe cada jefe de hogar o en la obtención de ingresos a través del comercio o la prestación de servicios, en todos los casos tratando de nivelar de la manera más próxima recursos que se cobran y obligaciones que se pagan.
En el orden de establecer un mínimo presupuesto las cuentas más importantes del núcleo familiar son las que corresponden a la canasta familiar, vivienda y por supuesto los servicios, que se dividen obligadamente en los servicios de luz, agua, alcantarillado y en algunos casos el teléfono, cuando las condiciones de la economía familiar así lo disponen. Un presupuesto imprescindible para todas las familias es el que corresponde al transporte público, que debe ser calculado entre los miembros de la familia, los que trabajan y los que estudian, ama de casa que hace mercado y todos deben pagar por ida y vuelta en las movilidades como micros, minis o taxis.
Ese conjunto de obligaciones es el componente más sensible del presupuesto hogareño, ningún mes tiene un monto fijo debido a las variaciones de costos de la canasta familiar e inclusive de algunos servicios ineludibles como transporte diario, tan necesario como el pan nuestro de cada día, además de los gastos fijos de vestuario y uniformes.
Esas necesidades sociales son claramente reconocidas por los protagonistas que manejan especialmente el comercio de mercados y el transporte público donde cualquier elevación de precios o tarifas, altera la economía familiar que lamentablemente no puede compensarse con un bajo porcentaje de incremento salarial, siempre muy distante del gasto real familiar.
Bajo éstas alternativas es importante que se adopten algunas previsiones para evitar sorpresas desagradables entre la mayoría ciudadana que difícilmente puede compensar los desfases de una inflación que se produzca por elevación irreal de precios en los centros de abasto y tarifas del transporte público.
Hay una escalada de precios que en muchos casos ya se han establecido arbitrariamente, por ejemplo las tarifas en taxis, o el pasaje en el resto del transporte de pasajeros que desde cierta hora no cumple sus rutas fijas, hace menos de la mitad de su habitual recorrido y cobra un pasaje completo, una manera sencilla de aumentar su tarifa en perjuicio de la economía popular.
Por lo que se conoce, aunque hay muchas variables en las disposiciones superiores, existe una determinación que asigna la responsabilidad de fijar las tarifas de transporte público al Gobierno Municipal, como tal, por tanto el brazo operativo en la coyuntural situación debe ser del Ejecutivo Municipal, pero para no crear resistencia la manera de coordinación deberá reunir a los directos responsables del servicio, en este caso los transportistas y por el otro a los usuarios del mismo, que resultan ser los vecinos. Para dar seriedad a cualquier tipo de acuerdo deberán participar con la autoridad que tienen los representantes del organismo policial que mucho tiene que ver en el control del cumplimiento de normas y la fijación de tarifas.
Comenzó el año y ya se vislumbran los movimientos sociales en pos de un incremento salarial y como añadidura inseparable, los sectores del servicio de transporte público ya mencionan la necesidad de “nivelar” sus tarifas. Un proceso que debe ser encarado cuidadosamente por las autoridades y los dirigentes sectoriales.
Fuente: LA PATRIA
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