No cabe la menor dada que "todo exceso produce deceso" y que el esclavismo está sometiendo al género humano, que la mayoría de las desgracia son provocadas por el alcohol etc., etc. Todo eso es verdad y desde luego que estamos hablando del exagerado consumo de tantísimos brebajes, algunos en descomposición.
Sin embargo, no tenemos conocimiento si hayan algunos países que apliquen "la Ley Seca" en pleno Carnaval, la disposición legal es mas incitativa que restrictiva, guardando las distancias equivaldría a disponer que las bandas de música interpreten sólo boleros de caballería, los días de Carnaval.
Lo que sí es posible, es que las autoridades municipales utilicen todos los medios posibles para evitar el exceso, por ejemplo que los directivos o responsables de cada Fraternidad sean responsables, para que los integrantes de su conjunto no beban como "beduinos" y succionen tragos como si fuera la antesala del fin del mundo. Además que la venta de licores, de cervezas etc., etc., sea moderada, porque la Ley Seca, solo servirá para que moros y cristianos la violen sin medida ni clemencia.
La abstinencia de un día no habrá contribuido en lo más mínimo a la solución del gran problema de la ingestión de bebidas alcohólicas y una vez más las Ordenanzas Municipales no será respetadas. Ocurre lo mismo con esa Ordenanza Municipal que dispone el embanderamiento de los edificios públicos y privados en determinadas fechas cívicas, ni siquiera el 1 $ de los estantes y habitantes obedece tal determinación, porque todos saben que la ordenanza no es más que un saludo a la bandera. ¿Y cuál será ése Poder de Poderes que sancione o proceda al arresto de miles y miles de borrachitos ocasionales? Debemos ser realistas, es decir muy objetivos reconociendo que hoy por hoy una Ley seca" en pleno Carnaval es inaplicable, adoptar medidas limitativas sí es una necesidad y la responsabilidad tiene que ate ser compartida comenzando por la obligación que tienen los padres de familia para sus “chilpayates”, como dicen los mejicanos no confundan el biberón con una botella de alcohol, porque todos sabemos que no solo en Carnavales, sino en todo acontecimiento festivo son los adolescentes los que hacen arrodillar al trago.
Las intenciones de la primera autoridad edilicia son buenas, sin embargo de dudoso éxito, conociendo como conocemos a nuestro pueblo.
(*) Abogado
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