Viernes 04 de enero de 2013
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A comienzos de año, e incluso desde antes, la minería chilena festejaba la irrupción de un boom de proyectos de inversión. Con sus cálculos particulares, entidades como la Sonami, el gobierno, universidades y gremios superaban mes a mes la proyección de inversiones para el sector. Se habló de sobre $us 100 mil millones en carpeta, cifra inédita para el tamaño de la economía local y para los rangos históricos de inversión en el país.
¿Un aspecto común? La falta de energía a precios competitivos es señalada como el factor que desequilibra la balanza entre seguir adelante con un proyecto o no hacerlo. La coyuntura en Atacama, con la paralización de Castilla y la falta de certeza sobre la seguridad de suministro genera un escenario de incertidumbre más local.
Ante este panorama, el Consejo Minero encargó a McKinsey la elaboración de un estudio comparativo para analizar los diversos factores que inciden en la competitividad (enfocado en factores productivos) de los países mineros y sus diferencias con Chile. Se esperaba un resultado adverso, pero no tanto como realmente lo refleja el análisis privado.