Y se trata de una serie de hechos que se fueron acumulando lentamente en el transcurrir del año 2012 y que cobraron su mayor fuerza a fines de la gestión, tanto así que no hubo remedio que transferir su solución al nuevo periodo del 2013, año en el que ojalá los problemas se atenúen, las soluciones legales se establezcan en el marco del respeto a los derechos humanos y en concordancia con la vigencia de una democracia plena que sea garantía para que los bolivianos vivamos en armonía, fortaleciendo cada hogar y la gran familia nacional.
Lo que todos los bolivianos hemos observado en el último tiempo ratifica lo que, muy a pesar de las posiciones político partidistas que surgen en el aparato gubernamental, muestra que existe una corruptela cuyo origen responde a esa verdad política que establece “la ocasión como condición” para delinquir, sin importar mucho a quién se favorece o a quién se liquida, la motivación es entonces propicia para oscuros fines que satisfacen a peligrosos felinos que se mimetizan en las sombras, como aquello de que “en la noche todos los gatos son pardos”.
Con esos argumentos, que tienen su ligazón política, es que estamos atravesando por un periodo en que es lo mismo hablar de una justicia que se ha politizado o de que se ha judicializado la política, por donde se vea el asunto pone en entredicho esa intención de cambio que se propugna en el actual Estado, pero que no alcanza su objetivo por factores adversos que se producen en una secuencia increíble de hechos con resultados que como estamos viendo complican ciertos engranajes del aparato administrativo gubernamental.
La ciudadanía común, aquella que no está en pos de beneficios especiales o queriendo cobrar la factura partidaria, es la que reacciona con muchas dudas frente a lo que sucede con ese aparato que debería dar seguridad a las personas, sin importar sus convicciones ideológicas o su vinculación partidaria, pues se entiende que en democracia se respetan las ideas y hasta los opositores pueden expresarse para mostrar algunos errores de la cúpula gobernante. Lo que pasa sin embargo es que hoy por hoy no hay derecho a disentir, pues el riesgo es que de ser un perseguido político ahora se convierta en una víctima del sistema de extorsión.
El problema saltó con toda su maleza, complicando mucha gente de alto nivel en el entorno más próximo al Primer Mandatario, lo que realmente preocupa y hace pensar en que los próximos días habrán cambios muy significativos en el esquema encargado de controlar el funcionamiento del delicado mecanismo administrativo del Estado.
La oposición señala que existe “subordinación de poderes”, el oficialismo afirma que el problema proviene de anteriores gobiernos y que existe la firma intención de erradicar la corrupción en los niveles de la justicia nacional. Los últimos hechos ponen en duda esas buenas intenciones pues el grupo de poder que está siendo desmantelado muestra un enmarañado sistema que tiene muchas ramificaciones y que algunas serán conocidas en el curso de esos procesos, que hasta ahora salvaron a los ministros pero que obligará por la presión de los grupos sociales a desenredar el complicado ovillo de extorsionadores y de quienes lo manejaban.
El año 2012 acabó con un problema complejo que debe solucionarse cuanto antes para que la corruptela no se extienda de principio del 2013 hasta quién sabe cuándo.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.