Jueves 27 de diciembre de 2012

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Después de dos años y algo más que no se escuchaba de los famosos cogoteros (delincuentes dedicados a ahorcar a sus víctimas para robarles sus motorizados), el domingo 11 de noviembre se registró un hecho de sangre en el que presumiblemente intervinieron antisociales con esa “especialidad”, cuando personal policial encontró el cuerpo sin vida de un muchacho de 23 años, que aún llevaba en el cuello el alambre con el que le quitaron la vida al amarrarlo.
El cadáver, que fue abandonado entre las poblaciones de Cala Cala y Cañón Colorado exactamente por la localidad de Chaquimayu, permanecía casi debajo de un puente, con los signos de violencia que habría sufrido su cuerpo. Hasta allí llegaron los uniformados para recoger los restos.
Al momento de su hallazgo, aún se desconocía que el muchacho era chofer de un motorizado que había sido reportado como robado en la Dirección de Investigación y Prevención de Robo de Vehículos (Diprove), horas antes del levantamiento del cadáver.
Tras dar con la información señalada se supo que el joven identificado como Porfirio B., era el conductor de ese vehículo reportado, quien fue reconocido por el propietario del motorizado que extrañamente el lunes 12 por la noche fue encontrado en la zona Sur de la ciudad.
Fuente: LA PATRIA