Lunes 24 de diciembre de 2012
ver hoy
Editorial y opiniones
Las canchas de césped sintético o la privatización del deporte
24 dic 2012
Por. Mario R. Durán Chuquimia
Me encuentro en Llallagua, distrito minero del Norte de Potosí, son las 6 de la tarde, siento frío, camino hacia la terminal de buses, antes de llegar a dicha infraestructura, a mi izquierda una gran porción de espacio me llama sobremanera la atención, es una cancha de césped sintético, llena de niños jugando, hay parejas sentadas sobre el plástico que pretende simular la naturaleza, más allá padres enseñando a sus hijos los pases propios del futbol, mini-equipos disputando un partido de futbol, cada metro cuadrado está ocupado por personas que practican el deporte, horas más tarde la cancha seguirá ocupada por la gente alumbrada por reflectores, tomo una imagen fotográfica para el recuerdo (*).
La cancha de césped sintético me llama la atención por el simple hecho de estar llena de gente, de todas las clases sociales, de todas las edades, no tenía rejas alrededor ni puertas metálicas cerradas con grandes candados que evitasen el paso y el uso por parte de la población, era un espacio abierto para todos. Ese hecho marcaba la diferencia con el resto de las canchas de césped sintético existentes en el resto del país, espacios que han sido privatizados –en general, salvo excepciones- ya que solo los que tienen dinero pueden usar las canchas de césped sintético, cobrándose por partido, entre 100 a 250 bolivianos, monto cobrado por alguna organización social, sea la Liga Deportiva, sea la junta de vecinos o alguna otra organización que sido beneficiada por el programa Evo Cumple, programa que entre otras proyectos de infraestructura, se encarga de construir de canchas de césped sintético en toda Bolivia.