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Domingo 23 de diciembre de 2012

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Cultural El Duende

EL MÚSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

Instrumentos sonoros en las culturas prehispánicas

23 dic 2012

Fuente: LA PATRIA

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La producción cultural del sonido es tan antigua como el habla, y el habla en tanto sonido, no puede ser separada del canto. Ambas se prefiguran. Se dice que hay pueblos que hablan cantando, como ocurre con la región sur de Bolivia.

Toda habla es básicamente producción cultural de sonido y, por ello, posee un componente estético incuestionable. Este hecho incluye tanto a los sonidos producidos a través del cuerpo (la voz por ejemplo) o por un instrumento externo (un pito, por ejemplo). En tal perspectiva, la producción cultural del sonido es un elemento vinculado a la creación de identidad y a la producción de sentidos.

Comprender la producción cultural del sonido –y también su escucha– en su complejidad multicultural, nos desvincula de lecturas lineales y evolucionistas para situarla en los contextos socio-históricos concretos en la que fue generada. Queda claro que del período prehispánico, lo único que se conserva son los rastros materiales; al no existir el componente acústico, los contextos de ejecución, los elementos tímbricos, rítmicos o estéticos, sólo permiten un acercamiento analógico a partir de aquellos artefactos que arqueólogos y etnomusicólogos consideran vinculados a la producción acústica.

En los Andes Meridionales (Bolivia), es escaso el conocimiento sobre la producción sonora en las sociedades prehispánicas. Esto se debe en parte al poco interés por parte de los arqueólogos debido a: 1) la falta de preparación musicológica y 2) los escasos hallazgos de instrumentos musicales (aunque es evidente la abundancia de otros tipos de objetos sonoros, por ejemplo las vasijas sonajeras). Esta realidad ha conducido a que los acercamientos a la música y a la producción sonora prehispánica, haya sido encarada por investigadores vinculados a la antropología o a la etnomusicología.

Producción sonora en el período formativo

El periodo formativo es un extenso espacio de tiempo que abarca de 1500 a.C. al 600 d.C., y comprende el sector central del altiplano y los valles de Cochabamba.

Valles de Cochabamba

Los patrones de asentamientos humanos en los valles mesotérmicos, se dieron generalmente en las orillas de los ríos. En los valles del sur este destacan tres sitios donde fueron hallados artefactos sonoros: Aiquile, Mizque y Yuraj Molino.

En Aiquile, en un entierro de adultos (hombre-mujer), fue hallada una flauta globular de cerámica (ocarina). El varón poseía un hacha plana junto a la rodilla derecha; la mujer tenía como ajuar la ocarina. La flauta mide 4 cm. por 4,5 cm., siendo más angosta en el sector insuflar. Posee decoración incisa, formada en triángulos achurados con líneas transversales. La presencia de este instrumento en este entierro mostraría: 1) una distinción sonora vinculada a las mujeres y, 2) una ligazón entre rito-instrumento-producción sonora (en el supuesto que la ofrenda que acompaña a los muertos no es casual).

En Yuraj Molino, aldea del formativo temprano, en otro contexto de entierro, fue hallada una pequeña flauta de hueso de llama junto a un área de tierra quemada, huesos de aves y semillas carbonizadas de tarwi (lupinus mutabilies) en la esquina sud oeste del pozo. La asociación entre la flauta, los huesos y la leña aromática (para incinerar) cerca de los entierros, sugiere una actividad ceremonial. Importa, para nuestro caso, centrarse en la flauta, ya que fue encontrada en un contexto ritual como ofrenda vinculada a la muerte y al entierro de una pareja.

Hallada la flauta junto al esqueleto femenino, sugiere una correlación con este rumiante. Sabemos que la llama fue usada como animal de carga así como proveedora de alimento. Desconocemos, sin embargo, el papel que jugó para los grupos de los valles. Tampoco podemos evidenciar si fue criada localmente o llegaba cada año con los caravaneros desde el altiplano. Siendo cierta la segunda acepción, ¿será un instrumento sonoro adoptado de llameros llegados de la puna?

En Laimiña, destacan tubos cerámicos de forma cónica con decoración incisa en la parte terminal. El hallazgo de estos tubos ha generado debate. Según Brockington, los tubos de cerámica, hermosamente decorados con incisiones habrían servido para fumar tabaco. Este hecho descartaría la interpretación realizada por Karen Mohr Chávez, quien les otorga una función sonora al considerarlas trompetas o zampoñas. Para Brockington, los tubos no tendrían esta función ya que poseen paredes paralelas y, juntando los tubos como si fuera zampoña, tendrían que presentar desgaste en dos lados, cosa que no ocurre.

Altiplano meridional

En este espacio sobresalen importantes culturas formativas principalmente Chiripa y Wanqarani, que ocupan pequeños microclimas en quebradas y ríos.

El Wanqarani se destaca, según Arellano, la presencia de tubos cerámicos, los que, al igual que en los valles de Cochabamba, han generado debate entre ser considerados instrumentos musicales, tubos sopladores o fumadores.

En Chiripa con desarrollo cultural más avanzado que el de Wanqarani, aparecen igualmente tubos de cerámica, la mayor parte fragmentados. Según Ibarra Grasso se tratarían de pipas para fumar; Ryden, en cambio, señala que se tratan de trompetas; Kider II se inclina por afirmar que serían sopladores para avivar el fuego de la cocina o para el fundido de metales. Por su parte, Ravines asume una postura más cauta al destacar que un elemento característico de esta cultura es la denominada trompeta o tubo corniforme cuyo uso se desconoce.

Se concluye que tanto en el altiplano como en los valles de Cochabamba, un indicador sonoro importante del período formativo son los tubos cerámicos. Queda en deuda un análisis más detallado siguiendo las diversas hipótesis acerca de su función. También cabe realizar un estudio detallado sobre los contextos funerarios en los que fueron hallados estos instrumentos, a fin de comprender su estatuto con respecto a su función social y ritual. El formativo es un período en el que existe variedad de instrumentos tipo quena, flautas traversas, ocarinas de cerámica y diversidad de pitos monotonales. No se conoce, en todo caso, hallazgos de instrumentos tipo flauta de pan.

Wálter Sánchez C. (Sociólogo) y Ramón Sanzetenea R. (Arqueólogo).

“La música en Bolivia. De la prehistoria a la actualidad”.

Fundación Simón I. Patiño.

Fuente: LA PATRIA
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