El recojo, el traslado y el depósito de basura se ha convertido en un verdadero problema para la Empresa Municipal de Aseo Oruro (Emao), debido a las deficiencias existentes en materia de administración de un negocio sumamente complejo en nuestro medio y que es muy rendidor en otras ciudades, ni qué decir del caso si se menciona urbes de otros países, donde el manejo de los llamados “desechos sólidos” abre pugnas de competencia entre empresas especializadas que buscan adjudicarse millonarios contratos.
Muy claramente el negocio de la basura es altamente redituable, especialmente cuando se alcanzan niveles técnicos en su manejo, empezando por una separación de todo lo desechable y facilitando la creación de otras empresas dedicadas por ejemplo al reciclado de materiales que bien seleccionados sirven para sub negocios dedicados a fabricar materiales de alto uso en sectores del comercio masivo y en otros donde surgen micro y medianas empresas que hacen de los materiales descartables como basura, materia prima para un segundo uso en diversos menesteres.
El problema de nuestro medio y posiblemente con mayor fuerza que en otras ciudades, se debe a la falta de previsiones y políticas específicas para el manejo de la basura, aspecto que se cumple de la manera más rudimentaria sin mayores perspectivas de aprovechar tal insumo como factor multiplicador de los llamados sub negocios, que son aprovechados en otras circunstancias y latitudes para compensar con creces las inversiones y trabajos de empresas dedicadas al recojo de basuras.
Lo interesante es que ese trabajo se inició con un parque automotor flamante proporcionado por Jica – Japón y que consistía en camiones basureros especiales para el trabajo de acopio de los desechos sólidos, apoyo de volquetas, buena dotación de herramientas, adecuada ropa de trabajo, pero también grandes contenedores de basura ubicados en puntos estratégicos y la suficiente cantidad de basureros móviles que completaban además, el requerimiento de un equipo de técnicos que trabajaron bajo normas especiales para los fines de mantener limpia una ciudad. El proyecto duró algunos años, mientras todavía resistía el material rodante.
En la actualidad todo el equipo es obsoleto, los planes de días y horarios no se aplica y como quiera que el recojo en sí se cumple con muchas irregularidades, la ciudadanía indisciplinada se suma al caos administrativo incumpliendo disposiciones y dejando su basura de manera desaprensiva allí donde puede hacerlo, creando grandes focos malolientes de desechos.
A esto se suman problemas de orden interno en la administración de los recursos económicos que se obtienen por el manejo de toneladas de basura, lo que influye como factor negativo en las actividades regulares de la empresa, que ha entrado en un periodo de franco deterioro, poniendo en riesgo la salud ciudadana por el desaseo reinante y la rápida acumulación de basura, cuando la gente de Emao y su pobre equipo rodante deciden parar.
Dadas éstas condiciones no hay otra alternativa que la reformulación del plan distrital de recojo de basura, lo que implica, renovación total de equipo rodante, contenedores y basureros móviles, pero además y con carácter de urgencia el replanteo de una estrategia técnicamente apropiada a nuestra creciente ciudad.
Fuente: LA PATRIA
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