La minería en Bolivia de acuerdo a diferentes análisis de expertos y conocedores del tema, atraviesa un momento crítico, fundamentalmente por la carencia de nuevas inversiones como consecuencia de la falta de seguridad jurídica, pero a la vez un reciente estudio realizado por el investigador social y ensayista Henry Oporto advierte que la riqueza minera se convierte en la manzana de la discordia para muchos bolivianos.
“Los dilemas de la minería”, es una publicación de la Fundación Vicente Pazos Kanki en la que Oporto incorporó un estudio sobre el contexto minero actual, referido a las fluctuaciones de los precios internacionales y la avidez por la explotación que el auge de la minería ha provocado. Cita además que el rentismo cooperativo ha convertido al Gobierno en rehén de la presión social, así como el retorno a políticas improductivas de corte estatista y anti inversión privada y la ausencia de Estado de derecho.
“La situación es dramática porque nos coloca ante una encrucijada; o seguimos un camino destructivo que hará retroceder por décadas a la minería, o buscamos un golpe de timón para reencauzar la política minera hacia el desafío de la competitividad y la modernización, en un contexto de apertura y garantías a la iniciativa privada, el rol promotor y eficaz del Estado y la participación de una gama amplia de pequeños productores mineros articulados en cadena de producción, transformación y exportación”, menciona Oporto.
Recogiendo el análisis del experto Rolando Jordán, detalla que hace once años no se veía un impacto negativo combinado con precios y una menor producción. Lo que coincide con criterios de otros expertos en sentido que “ se trata de un escenario de alta inestabilidad y volatilidad de precios que plantea una serie de complejos retos a la minería”.
PRECIOS
Con respaldo del trabajo del investigador Jordán para el Informe Económico del Milenio, Oporto confirma que la producción y los precios de los minerales tuvieron una caída del 7 % en el primer trimestre del 2012, con relación a similar periodo del 2011, y para el siguiente trimestre la situación se tornó más complicada y la caída de precios llegó al 18 %, mientras que la producción bajó en 4 %.
Sólo en el primer semestre del año que concluye la caída de los precios fue generalizada y solo el oro alcanzó una subida del 14 %, pero la situación fue contraria para otros minerales como el estaño que bajó en 26 %, el plomo 21 %, el zinc 15 %, el cobre 14 %, el antimonio 12 % y la plata en 11 %.
Sin embargo los periodos de bonanza en las cotizaciones crearon el “caldo de cultivo” para los conflictos internos en el sector minero, pues más de una vez se han conocido de enfrentamientos entre mineros de la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y los cooperativistas, en disputa por áreas de trabajo, así como los avasallamientos y toma de minas protagonizados por sectores sociales.
A momentos, la ascendencia de los precios ha derivado en la expansión de un sector “cuentapropista” y las denominadas cooperativas que con facilidad pueden instalar sus operaciones pero en condiciones precarias, tanto a nivel de su equipamiento para afrontar las tareas extractivas, así como con un elevado nivel de inseguridad para los trabajadores, al margen del poco cuidado respecto al impacto ambiental de sus operaciones.
Sin embargo existen algunas cooperativas que tienen sus operaciones mecanizadas y según Oporto, el rubro de la minería cooperativizada es el más beneficiado con los buenos precios en las cotizaciones.
COMPETITIVIDAD
La minería se constituye en el segundo sector que aporta a las exportaciones nacionales, pues representa el 37.3 % del total de las ventas al exterior, mientras que los hidrocarburos alcanzan al 44.9 % y los productos no tradicionales son el 17. 8 %.
El investigador recuerda además que la minería es también una importante fuente generadora de empleos, en resumen por encima de los 100.000 puestos directos, la gran mayoría en las cooperativas mineras, mientras que entre la minería privada y pública se crean 12.000 espacios laborales.
En las dimensiones relativamente modestas de la minería boliviana como oferente del mercado internacional, es indudable que el país sigue teniendo un importante potencial mineralógico y que sus posibilidades de expandir su producción y exportaciones de minerales y metales no son desdeñables, tal como se ha visto en el último tiempo. Por consiguiente, manifiesta Oporto que la pregunta sustantiva tiene que ver con la competitividad de la minería boliviana, o sea, con su capacidad para mejorar su posición en el mercado de minerales como productor, exportador y comercializador.
Con ese antecedente se refiere a que la competitividad encuentra diferentes cuellos de botella, como que las reservas mineras son limitadas y el país “poco o nada” ha hecho para desarrollas nuevas reservas a pesar del potencial subsistente.
Además los costos productivos son altos por los elevados gastos de transporte y las carencias de energía, infraestructura y equipamiento. Otro factor importante hace mención a que el péndulo de la política minera y los cambios constantes en las reglas de juego, determinan la falta de certeza y previsibilidad para proyectos mineros.
Cita también que la política tributaria con excesiva presión sobre la producción desincentiva la reinversión de utilidades, de manera que el régimen tributario poco competitivo no atrae la inversión privada.
Fuente: LA PATRIA
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