Después de seis años de gestación arranca la industrialización del gas

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La industrialización del gas natural comienza a despegar, pero tuvieron que pasar seis años para que el gobierno comience a cumplir su promesa electoral. La planta de amoniaco y urea es el primer proyecto que añade valor agregado al energético. En tanto que los volúmenes producidos fueron en aumento al igual que la demanda sobre todo de los mercados externos.

Si bien junto con el gas natural aumentó la producción de condensado, la otra cara de la moneda es negativa, puesto que el petróleo brilló por su ausencia y el riesgo del país es latente. Ni siquiera el incentivo de 30 dólares por barril, claro no en efectivo, consiguió aumentar el volumen. Pero no por falta de voluntad de las operadoras, sino por problemas burocráticos.

Los recursos para encarar los proyectos de industrialización y las dos separadoras de los componentes del gas natural, tanto los licuables como el etano, son aportados por el Banco Central de Bolivia que ya concedió dos millonarios créditos, pero que son desembolsados según va requiriendo la deudora, YPFB.

PARTO DE LOS MONTES

Como todo en la cadena productiva de los hidrocarburos, la industrialización también toma su tiempo. No es como sembrar papas, como lo había dicho en tiempo pasado el actual presidente interino de YPFB, Carlos Villegas.

La producción de los primeros granos de urea está anunciada para inicios del 2016, puesto que el montaje de la primera petroquímica debe concluir dentro de dos años, antes de finalizar el 2015, con una vida útil de 20 años. El contrato fue suscrito este año, en septiembre, con la surcoreana Samsung Engineering por 843,9 millones de dólares.

La pulseta por la ubicación de esta primera petroquímica del país la ganó, obviamente, quien manda en el país, pues, al igual que “el pez muere por la boca”, el presidente Evo Morales confesó que la instalación de esta planta en la región cocalera, Bulo-Bulo, le costó el puesto a un ministro. Que aun cuando no se lo dice, esa ex autoridad se habría opuesto a la ubicación por razones técnicas y no regionales.

Técnicos como Carlos Miranda, Álvaro Ríos, ex Ministros de Hidrocarburos y analistas constantes, han dicho, y en varias ocasiones, que El Chapare no es la zona aconsejable para montar la petroquímica, por los costos de transporte, pues, la urea al ser voluminosa exige logística de igual magnitud. Lo aconsejable técnica y económicamente es instalar una petroquímica de esta naturaleza lo más cerca del mercado consumidor.

Igual, impuesto el poder, ya se trabaja en el montaje de la planta que producirá urea, del amoniaco que saldrá del metano de los 1,4 millones MCD del gas natural que se destinará a esta planta que “por equilibrio regional” se instala en Cochabamba. Y sin duda que por decisión política.

El fertilizante se destinará en mínima cantidad al agro boliviano, sólo 10 por ciento de las 650.000 toneladas métricas anuales. El gobierno asegura que la oferta de urea cochabambina aumentará la frontera agrícola. Sin embargo, analistas críticos, como Miranda y otros, aseguran que la urea fortalecerá la producción de coca, no en vano la petroquímica se emplaza en el Chapare.

El resto, 90 por ciento, es para el mercado externo, el gobierno asegura que se exportará urea a Brasil y Argentina. Sin embargo, el proyecto de la petroquímica se está ejecutando sin contratos o al menos acuerdos previos para la compraventa.

Por otro lado, la industrialización del etano demorará mucho más, puesto que recién a partir del 2014, el país comenzará a separar este componente del gas natural, pues, sólo metano se enviará a la Argentina.

La petroquímica del etano que en el futuro se instalará en el complejo del Gran Chaco, está apenas gestándose, pues, recién en semanas pasadas se adjudicó los estudios de ingeniería conceptual de las plantas de etileno y polietileno. La ganadora es la italiana Tecnimont S.p.A.

POR ENCIMA DE 50 MILLONES MCD

Como la producción tiene que ir aparejada a la demanda creciente de tres mercados, sobre todo los externos, entonces en el año que concluye se llegó a superar 50 millones de metros cúbicos por día (MCD). En YPFB calculan que el volumen oscilará entre 52 y 56 millones MCD. En este 2012, aumentaron su producción los campos Margarita que desde mayo triplicó de 3 a 9 millones MCD y San Antonio con un nuevo módulo de tratamiento, también para 6 millones MCD.

Como la demanda está estrechamente relacionada con la oferta, entonces, para atender los tres mercados, YPFB todavía tuvo que realizar filigranas de fino artesano, aumentando a uno y reduciendo a otro, tratando de honrar compromisos. Y quedando bien con Dios y con el diablo.

En el gobierno están seguros que la producción de gas natural seguirá en aumento, con lo cual los 1,4 millones MCD del energético que demandará la planta de amoniaco y urea, “están garantizados”. Lo que no está claro es qué campos suministrarán esta materia prima para la primera petroquímica del país.

LA MALA HORA

Si bien el gas natural continúa siendo la buena noticia, lo que no llega a ser novedad en un país tradicionalmente gasífero, el rostro feo y negativo lo pone la caída y casi nula producción de petróleo, pues, el país se está sosteniendo con el condensado, que sale aparejado al gas natural, de los campos descubiertos en el periodo neoliberal.

La exploración brilló por su ausencia. Y como esta industria toma su tiempo, entonces a los contados intentos les falta madurar. Una licitación para adjudicar nuevas áreas fue abortada, por razones que no fueron explicadas. Y ahora en YPFB están a la espera del segundo intento, con el anhelo de que al menos las empresas que ya están operando en el país participen en la puja.

En el año que finaliza se trató de tentar a las petroleras para que aumenten la producción de crudo. Pero ya está concluyendo y aún no hay resultados concretos. Nuevamente, la industria del oro negro tiene sus tiempos. En abril, el gobierno ofreció pagar 30 dólares adicionales por barril de petróleo, con plazos perentorios para la presentación de ofertas.

Se presentaron Repsol, YPFB-Andina, Petrobras Argentina (PESA) y Matpetrol, pero la aprobación por parte de YPFB se dejó esperar y hasta unos días atrás, el viceministro de Producción de Hidrocarburos, Eduardo Alarcón, señalaba que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos debía responder.

Una publicación de la petrolera estatal asegura que el incentivo monetario, pagadero en notas de crédito fiscal (NOCRES), dará sus primeros resultados el próximo año, con 2.000 barriles por día adicionales. Este fomento deberá reactivar 19 campos en declinación.

TRIPLICANDO

Si bien las plantas separadoras no son técnicamente parte de la industrialización, siempre se puede tomar en cuenta como un paso más no en el valor agregado, sino en la extracción de licuables y el etano, que será la materia prima para saltar otro eslabón.

La separadora de Río Grande, finalmente, podrá comenzar a operar, pero después de más de tres años, pues, el proyecto inicial era que comenzará a extraer el butano y propano que componen el gas licuado de petróleo (GLP) en agosto del 2009. Sin embargo, la muerte de una persona y el “descubrimiento” de una cadena de corrupción truncaron ese primer intento.

Ya en la segunda versión, y bajo estricta vigilancia, avanzan las obras. A esta altura del año, seguramente, que está superando el 80 por ciento. De igual manera, adelantan los trabajos en la planta Gran Chaco, pues, ésta sextuplicará la capacidad de la de Río Grande.

Hasta el 2014, el país casi triplicará su producción de GLP, pues, Río Grande aportará 400 toneladas y Gran Chaco 2.247 toneladas. En la actualidad el país produce 910 toneladas por día de gas licuado.

Así va finalizando una gestión en la que arrancó la industrialización del gas natural, pero sin búsqueda de nuevos reservorios que garanticen la sustitución de los volúmenes que se van consumiendo. Y el panorama todavía no está claro en el caso del gas para el futuro, pero es peor el horizonte del petróleo.

Fuente: La Paz. (ANF).-