Conflicto minero en Colquiri reflejó la pugna por espacios de trabajo
20 dic 2012
Fuente: LA PATRIA
Por: Claudia Patricia Barriga Flores, periodista
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El conflicto minero que se suscitó en Colquiri, reflejó la pugna por espacios de trabajo, como resultado de la falta de políticas de empleo, ya que muchos bolivianos buscan en la minería una opción de ingresos, más cuando los minerales tienen precios expectantes, fue una de las conclusiones a las que llegó el analista, Carlos Sandy.
Este conflicto en el que se registraron dos muertes y varios heridos, durante los más de cuatro meses que duró, provocó una serie de críticas, pues, mientras los mineros asalariados pedían la reversión total de la empresa, el Gobierno se encaprichó por revertirla parcialmente, cediendo una de las vetas más grandes del yacimiento a los cooperativistas mineros.
El miércoles 30 de mayo desde las 11:30 horas, los socios de la Cooperativa Minera “26 de Febrero” tomaron la bocamina Triunfo y también se parapetaron en la bocamina San Juanillo, momento en que comenzó la pugna por las áreas de trabajo en Colquiri, uno de los yacimientos más ricos de Bolivia, que ese momento era explotado por la empresa Sinchi Wayra, subsidiaria de la canadiense Glencor.
Esta toma ocasionó la movilización de los trabajadores mineros a nivel nacional que el viernes 1 de julio se reunieron en Caracollo en un ampliado, donde definieron bloquear la carretera Oruro-La Paz.
Ese día el gerente administrativo financiero de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Hugo Block, también denunció que por el canon de arrendamiento que pagaba Sinchi Wayra, el Estado perdió más de 30.000 dólares por día por la paralización de la producción.
Aseguró que hicieron como Comibol, la denuncia respectiva ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y la Fiscalía de Oruro, en contra de los dirigentes de la mencionada cooperativa, de cuyo proceso no hay resultados hasta el momento.
El sábado 2 de junio, los ministros de Minería y Metalurgia, Mario Virreira, el viceministro de Régimen Interno, Jorge Pérez Valenzuela se reunieron por separado, primero con los cooperativistas en ambientes de la Gobernación de Oruro y luego con los mineros asalariados, en Archivos de Comibol, y hasta las 03:00 horas del domingo 3 de junio no se llegó a ninguna solución.
Luego de unas horas, hubo un primer intento de solución, cuando la empresa Sinchi Wayra que todavía administraba la mina Colquiri, ofreció ampliar el área de trabajo de los cooperativistas, cediéndoles la veta San Antonio, pero esto fue rechazado.
En ese momento lo que pedían los cooperativistas era que se “nacionalice” la mina Colquiri, recuperando todo lo arrendado a la empresa privada y se les entregue el 100 por ciento del yacimiento.
Ya el martes 5 de junio en una reunión, caracterizada por la detonación de dinamitas, pues los mineros de Huanuni se trasladaron a Archivos de la Comibol, y en la que participaron representantes del Gobierno, de la Defensoría del Pueblo y los mineros asalariados, a través de los ministros, se planteó la “nacionalización” de la mina; lo que fue bien recibido por los mineros asalariados, pensando en la estabilidad laboral de los trabajadores, el ejercicio de todas las conquistas laborales y con la esperanza de que el Órgano Ejecutivo brinde las inversiones necesarias para que la producción continúe.
Hasta ese momento la toma de la mina por parte de los cooperativistas continuaba; existiendo una serie de denuncias en su contra por los abusos que se cometían en la población.
Esta acción de “nacionalizar”, fue bastante criticada por diversos sectores, pero también ocasionó discrepancias en la Central Obrera Departamental (COD), cuyo ejecutivo aseguraba que era un antecedente funesto para la inversión extranjera, y por su parte el secretario de Conflictos del ente codista, Vidal Colque, aseguraba que es uno de los puntos de la Agenda del 2003, que está refrendado por el XXI Congreso Minero y el XV Congreso Ordinario de la COD.
Mientras estaba latente el conflicto, los mineros sindicalizados el 8 de junio determinaron bloquear la carretera Oruro-La Paz, en el sector de Conani, exigiendo se cumpla con la propuesta del Gobierno de nacionalizar la mina.
Sin embargo las demandas de los mineros, tanto asalariados como cooperativistas, cambiaron, ahora los trabajadores de la empresa, querían que el Gobierno se haga cargo de la mina a través de Comibol, y los cooperativistas, ya no pedían el retiro de la Sinchi Wayra, pues estaban satisfaciendo su exigencia de incrementar sus áreas de trabajo.
ENFRENTAMIENTOS
Así transcurrieron los días, con los mineros asalariados en vigilia en Conani, esperando el decreto de nacionalización, pero cansados de la espera, el jueves 14 de junio determinaron retomar las bocaminas, pues fueron vanas las reuniones que se efectuaron en la ciudad de La Paz, con el vicepresidente, Álvaro García Linera.
En la noche de ese jueves, la detonación de dinamitas y los enfrentamientos entre asalariados y cooperativistas, provocaron que 28 personas resulten heridas.
Hubo muchos destrozos, llanto y miedo, hasta se hablaba de dos muertos, pero sólo fueron rumores.
El 17 de junio, luego de 16 horas de diálogo y “un tira y afloja” de ambos sectores mineros, por fin llegaron a un acuerdo, que al parecer iba a devolver la tranquilidad a Colquiri.
Es cuando se propuso, recuperar el yacimiento para que sea administrado por la Comibol, y ceder a los cooperativistas la veta Rosario, la más rica del yacimiento, para que la exploten, solución que parecía viable y que por algún tiempo dio serenidad a los pobladores de ese centro minero. La promulgación el decreto de nacionalización de Colquiri, el 20 de junio fue muy festejada, por los asalariados, que en un acto realizado el mismo día en Colquiri pronunciaron efusivos discursos.
Sin embargo, esta medida, fue observada por los sectores, tanto asalariado como cooperativo, entre ellos la COD, a través de su ejecutivo y el director de Cooperativas Mineras de la Gobernación, Eduardo Berdeja, quienes aseguraron que la nacionalización parcial en Colquiri era una “bomba de tiempo”, que en cualquier momento iba a estallar.
No pasaron ni tres meses y los conflictos volvieron, con la toma de la mina por parte de los cooperativistas, que exigían se les entregue la veta Rosario, para que trabajen, esto además derivó en otro enfrentamiento del que resultaron heridas dos personas, y 11 detenidas, a quienes se les sigue un proceso por sabotaje, atentados contra la libertad de trabajo, tentativa de robo agravado, daño calificado, resistencia a la autoridad, daño económico y lucro cesante, en virtud a la paralización de operaciones mineras, provocando que se pierdan 200.000 dólares por día, constituyéndose como víctima la Comibol.
TRAGEDIA
El 18 de septiembre cintos de mineros de ambos sectores se trasladaron a la ciudad de La Paz, y se enfrentaron a dinamitazos, resultando muerto el minero asalariado, Héctor Choque y otros nueve resultaron heridos cuando trabajadores de cooperativas privadas lanzaron dinamitas contra la sede de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb). Choque falleció tras estar varias horas en estado de coma, mientras que dos obreros tenían heridas de gravedad.
Tras enterarse del ataque a su sede, los mineros que trabajan para el Estado en la mina Colquiri, a 250 kilómetros al sur de La Paz, tomaron represalias destruyendo algunos bienes de los cooperativistas en ese pueblo minero.
Para la pacificación en el centro minero, se firmó un documento que supuestamente garantizaba la tranquilidad y la vida en armonía entre ambos sectores, sin embargo, el 6 de octubre, en un nuevo enfrentamiento 27 personas quedaron heridas tanto asalariados como cooperativistas, uno de ellos en terapia intensiva por el delicado estado de salud. Sin embargo, días después falleció Guido Blanco, minero cooperativista, que llegó a la Clínica URME de Oruro, con varias lesiones en el cuerpo y un golpe fuerte en la cabeza.
El 7 de octubre, amaneció el centro minero en quietud, sin que se registren nuevos hechos de agresiones, pues al parecer los excesos cometidos permitieron la reflexión de los sectores en conflicto, que en principio pugnaban por áreas de trabajo, pero hoy eso se ha convertido en rencores que se espera puedan quedar atrás para que vuelvan a vivir en paz, sin embargo, a la fecha se conocen de algunos enfrentamientos personales, cuya convivencia hace difícil.
Fuente: LA PATRIA
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