Jueves 20 de diciembre de 2012
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Quedará como parte de la historia el atentado que se cometió en días atrás, cuando un grupo de obreros, obedeciendo instrucciones se dio a la tarea de talar 60 cipreses que vivían en los pasillos del Hospital General “San Juan de Dios”
Cada ejemplar de esta especie forestal, uno a uno fue afectado en sus tallos y raíces y luego de su derribo, los autores de su muerte, se dieron a la tarea de amontonarlos, ya en calidad de basura.
Surgen acusaciones en contra del director del nosocomio, Ponciano Jiménez, a su vez ésta autoridad, de profesión médico, cuya principal misión es salvar las vidas humanas, a través de una nota enviada a la alcaldesa Rossío Pimentel, y argumentando “un malentendido” que terminó con la vida de 60 árboles, se comprometió a reponer los cipreses afectados.
Sea cual fuese el origen de la instrucción o malentendido, se truncaron 60 vidas de especies forestales, se dice que el sector donde crecían se convirtió en un espacio donde los usuarios y visitantes a dicho centro de salud hacían sus necesidades fisiológicas, pero, poco se dice que los árboles eran generadores de oxígenos en un centro hospitalario donde se requiere de un oxígeno limpio y puro como sinónimo de salubridad.
Fuente: LA PATRIA