"La Cuenta Larga" es la profecía que vaticina el fin del mundo originada en la civilización Maya hace 5 mil años y llega a su culminación el próximo 21 de diciembre, cuando los astros del firmamento se ubiquen en una posición única y extraordinaria.
Sin embargo las mentes lúcidas y serenas de nuestros tiempos se inclinan a expresar que ésa profecía no significaría necesariamente la extinción del hombre sobre la faz de la tierra, como consecuencia, por Ej., de un cataclismo universal. Más bien, dicen, este vaticinio del fin del mundo puede referirse al "fin de una era" y el comienzo de un nuevo orden mundial que represente la transformación profunda de los cánones político-económicos imperantes hasta hoy, cuando la mano dura de los (pocos) ricos ha golpeado sistemáticamente a la creciente mayoría de países pobres. Donde los ricos ya no sean tan ricos y los pobres no tan pobres.
El autor de esta nota se adhiere naturalmente a ésta última hipótesis y aprovechando esta coyuntura única de "la profecía", quiere expresar su deseo íntimo de un cambio de urgencia para bien de los bolivianos de a pié, especialmente en dos rubros importantes: la Policía Nacional y el Transporte Público.
El problema radica en que los señores compatriotas aglutinados en estas entidades colegiadas para el servicio de la ciudadanía, para servicio del pueblo, han optado por obrar en sentido contrario a su mandato y se ocupan de avergonzarnos los unos y los otros a maltratarnos con sus actitudes hostiles e irrespetuosas.
Al Policía no lo frena ni su rango para involucrarse en hechos delictivos. Desde Generales o Coroneles se han visto comprometidos en actividades ilícitas del narcotráfico o dolos en la adquisición de bienes inmuebles, al extremo de ira parar en las cárceles, aliado de vulgares delincuentes. Amén de un listado largo de toda clase de delitos relegados en la impunidad.
Ahora bien, el Transporte Público merece este capítulo especial.
Desde la desaparición del ferrocarril, el transporte terrestre nacional ha pasado a manos de los dueños de buses, minibuses y taxis, organizados rígidamente en un poderoso sindicato, ejercitando un secante y hermético monopolio traducido en un abuso de tarifas que ya llega a límites intolerables. Y el trato que se inflige al usuario es humillante. Despótico. También se hacen cargo del transporte del correo, de las encomiendas, muebles y enseres, mercaderías, etc., y en medio de esta baraúnda en sus depósitos, tal vez, probablemente se hayan camuflado los contrabandistas dedicados a "cualquier" menester. Porqué no.
El presagio de la profecía "de cambio de era" en el sentido benigno que debe cumplirse este 21 de Diciembre, creo que amerita un cambio de actitud esencial en nuestros policías: iPónganse la mano al pecho, hagan conciencia y piensen en su pueblo¡ Ya no nos avergüencen más.
Referente al autotransporte llegó el momento del cambio substancial en su estructura. Es un imperativo que el Estado con los dueños capitalistas re-organicen esta poderosa industria monopólica. Se instruya la fundación de verdaderas Empresas con personería jurídica, regidos bajo las leyes del comercio legalmente establecido donde los millones de usuarios conozcamos ya no el nombre del chofer, del ayudante o el número de la placa. SOLO DEBEMOS CONOCER EL NOMBRE DE LA EMPRESA que estamos utilizando en ése viaje. No dudamos que actualmente algunos de estos vehículos conformen una Empresa al mando de un único Gerente Titular. La magnitud del negocio así lo obliga y esta norma debe generalizarse hasta en el área rural donde los vetustos motorizados van a periclitar llevándose inocentes en accidentes que nadie llega a conocer ,sin que nadie responda por ellos, pues este fabuloso imperio económico , hoy se escuda bajo un título nebuloso: "Sindicato de Transportistas", que es una masa amorfa de propietarios y asalariados, jefes y ayudantes; muy oportuno e ideal para cuando ocurre la tragedia en algún recodo del camino NO HAY QUIEN asuma las responsabilidades legales. Muertos y heridos van por cuenta propia. Los heridos mutilados e incapacitados serán una pesada y amarga carga para sus familiares, a veces de por vida.
Si hace más de 5 mil años LOS MAYAS, ésa fabulosa civilización nos legó esa profecía que se cumplirá en pocos días más, deseamos en el alma que se canalice benignamente para bien de la Humanidad y especialmente de nosotros los bolivianos.
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