En Memoria del Ingeniero Agrónomo:Julio César Calle Miranda
13 dic 2012
Por: Eduardo Medrano Salamanca
Este fue el sueño de un profesional, amante de su especialidad que no vivió para contarlo o mejor dicho para plasmarlo o ejecutarlo, Julio César Calle Miranda nació en la ciudad de Oruro, hizo sus estudios primarios en la escuela Pagador; sus estudios secundarios en el colegio Simón Bolívar los años de la década de 1960. Culminados los mismos, estudió ingeniería Agronómica en la Universidad San Simón de Cochabamba y especialidad en la Universidad de Porto Alegre (Brasil).
Prontamente su inquietud le llevó a ejercer la docencia en el Instituto Práctico de Agricultura en la granja de Condoriri, de la Universidad Técnica de Oruro. Fue fundador de la Universidad Técnica del Beni donde ejerció de catedrático titular y Decano de la Facultad de Agronomía; Director de la Estación Experimental de Perotu- IUTA Beni, Director del Instituto de Investigaciones Agrícolas de la UTO. Experto para el BID y el Banco Mundial. También realizó estudios de Postgrado en EE.UU., Israel, Colombia y nuevamente Brasil. Autor de tres libros técnico-científicos. Escribió para varios diarios y revistas, colaborador permanente del diario LA PATRIA, de Oruro. Fue políglota porque hablaba inglés, portugués y español.
Como experto en su especialidad, tocó temas sobre la Acacia Negra, árbol de estimable valor económico;
frijoles, porotos, un hito para nuestra agroindustria, los mismos que pueden ser cultivados a 3.706 m.s.n.m.
Hizo ensayos con variedades de trigo y, sobre todo, incidió en la masiva producción de la quinua y
cañahua de la que hablaremos con más detalle seguidamente.
Pasaremos a hacer una comparación de varias gramíneas conocidas por su valor alimenticio y, al mismo
tiempo su análisis bromatológico y de manera especial sobre los valores óptimos de la quinua y la
Análisis Bromatológico Extractado del Libro Unión Panamericano; de la Nutrición, de la Organización Mundial de la Salud.
Decíamos que no concretó su sueño de ver cristalizado el anhelo de convencer a propios y extraños de explotar masivamente los mejores productos agrícolas tradicionales cuyas cualidades y bondades de las afamadas quinua y cañahua que, tranquilamente, bien pueden suplir cualquier falta de alimento en el futuro próximo como consecuencia de la subida de los precios de algunos productos como la soya y el maíz porque algunos países desarrollados optaron por convertirlos en biodiesel.
Por todo lo anteriormente señalado, ya es tiempo de que el altiplano boliviano se convierta en un vergel productivo masivo de estas gramíneas benditas; algo soñado por el Ing. Calle Miranda, también son de nuestra inquietud.
Hemos querido por ello llamar la atención de nuestros hermanos altiplánicos y ojalá juntos, en poco tiempo veamos plasmadas estas inquietudes.
Y que no suceda como hasta ahora, tengamos que pedir permiso al coloso del Norte, porque EE.UU. hace tiempo que ha patentado en su territorio a la quinua como producto originario suyo; otro llamado de atención, no es evidente que somos los primeros exportadores de la quinua, Perú lo hace ya desde hace mucho tiempo atrás y con valor agregado industrializado en todas las formas que se pueden hacer; los Españoles hasta le cambiaron de nombre, para ellos se llama "quinoa".
No soñemos con ese prurito de ser los primeros casi en todo.
(*) Egresado de la U.T.O.
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