El mes de diciembre de cada año obliga a los ejecutivos que manejan todas las finanzas del país a replantear lo que se relaciona directamente con el ahora denominado Presupuesto General del Estado (PGE) que necesita adecuación especial para responder a los retos de la comunidad en la venidera gestión.
El factor más importante del presupuesto de la gestión 2013 está supeditado al gasto extraordinariamente fuerte que cubre la subvención a los carburantes que son comprados en el exterior al valor del mercado internacional y se los vende en el país más baratos manteniendo un subsidio que altera seriamente el PGE del que se desembolsará más de mil millones de dólares, para cubrir el gasto sólo de ese rubro que permite mantener tarifas “sociales” del transporte.
De acuerdo a los datos históricos que se manejan en el ministerio de finanzas, la medida de “subsidiar” el precio de los carburantes es una herencia que tiene 12 años, pues corresponde al D.S. 748 dictado y promulgado el año 2000 por el entonces presidente Hugo Bánzer, congelando el precio de los carburantes, de entonces a la fecha y con el paso de otros gobiernos no ha sido posible eliminar el sistema que representa una pesada carga en el Presupuesto de cada año y que lamentablemente crece de manera desorbitada complicando el orden financiero nacional. El año que se aplicó la medida el gasto significó 80 millones de dólares, en la actualidad el mismo objeto de subsidio sobrepasará los mil millones de dólares.
Las condiciones del PGE para el 2013 de acuerdo al Ministerio de Economía y Finanzas determinan que cubrir la subvención a los carburantes representa la tercera parte del monto destinado a la inversión pública de 3.807 millones, es decir más de 1.000 millones del total destinado para la próxima gestión que consiste en 25 mil millones de dólares. Se trata de una cifra récord para salvar el grave problema de la subvención a los carburantes.
Políticamente y de la manera más sutil posible, el titular de finanzas lanzó un globito de ensayo hace poco tiempo atrás refiriéndose justamente al problema financiero nacional de la subvención a los carburantes. El hecho desató de forma inmediata reacción de los sectores laborales y sociales rechazando cualquier intención de implementar así sea un “mini” gasolinazo. Hay que entender además la figura presente tomando en cuenta el año venidero con característica electoralista, lo que obliga a cuidar la respuesta ciudadana en las elecciones del 2014.
Los expertos financieros no encuentran una manera de paliar la difícil situación que significa cubrir el subsidio a los carburantes si no es a través de eliminar porcentualmente una parte de la subvención, aunque ya se sabe que tal medida desataría una ola de alteraciones en el orden constituido. Sin embargo hay que buscar soluciones creativas y una que surge en los niveles próximos a la estatal petrolera es la de aumentar la explotación de nuestros hidrocarburos y disminuir paulatinamente la importación de diesel, gasolinas e inclusive gas.
Pero también hay una tarea para los profesionales de la materia y es la de estudiar la forma de racionalizar el beneficio de la subvención a los carburantes de modo que, siendo más racional, permita que vehículos de servicio público o modelos pasados aprovechen el subsidio, que en su caso no correspondería a propietarios de coches de lujo que están en condiciones de pagar combustible sin subsidio, según opina un analista. El asunto es controversial y por lo mismo necesita de un estudio realista y práctico que elimine la inequidad de un millonario subsidio.
Fuente: LA PATRIA
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