Domingo 09 de diciembre de 2012
ver hoy
• El corazón permaneció oculto y duro en lo oscuro como la piedra de la sabiduría.
• Era primavera y los árboles volaron hacia sus pájaros.
• Tanto va el cántaro roto a la fuente, que al final se seca.
• En vano se habla de justicia, mientras el más grande de los acorazados no se estrella en la frente de un ahogado.
• Cuatro estaciones, y no una quinta, como para decidirse por alguna de ellas.
• Tan grande era su amor por ella, que ella hubiera arrancado la tapa de su féretro, si la flor que le había puesto encima no hubiera sido tan pesada.
• Tanto perduró su abrazo, que el amor desesperó en ellos.
• El Día del Juicio llegó, y con el fin de buscar la mayor de las infamias, la cruz le fue clavada a Cristo.
• Entierra la flor y pon al hombre sobre esta tumba.
• La hora saltó fuera del reloj, se le adelantó y le ordenó marchar correctamente.
• Cuando el mariscal de campo puso la cabeza ensangrentada del rebelde ante los pies del señor, éste se sumió en una furia salvaje. Has osado inundar la sala del trono con el hedor de la sangre, exclamó, y el mariscal se estremeció. En eso se abrió la boca del abatido y contó la historia del clavel. Demasiado tarde, opinaron los ministros. Un ulterior cronista confirmó esta opinión.
Fuente: LA PATRIA