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Domingo 09 de diciembre de 2012

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Revista Dominical

El territorialismo

09 dic 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: Vicente González Aramayo Zuleta - Abogado,Escritor, Historiador, Miembro de Número de la Academia de Ciencias Jurídicas, miembro de la Sociedad Geográfica y de Historia de Oruro; excatedrático de Sociología de la facultad de Economía y de Teoría del Estado de la Facultad de Derecho de la UTO

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El término territorialismo es más conocido como regionalismo y es la forma en que ciertas regiones de muchos países se aferran a los lugares donde viven, como en una patria particular, tal vez aislada y de características propias. Probablemente es parte de la geopolítica ocasionado por desmembramientos territoriales en guerras sangrientas internacionales, y a veces guerras intestinas. En nuestro país, pese a la existencia a lo largo de su historia de dos guerras civiles (1898 y 1949, respectivamente), no ha sido por territorios, pero subjetivamente es algo territorialista, o regionalista, debido a la diferencia de usos y costumbres de algunas nacionalidades sobresalientes. Cuando ya fue fundada Bolivia y Sucre cumplía las funciones de presidente, ya gravemente herido en la mano derecha, le escribió una carta a Bolívar, en la que le hace notar que… “al crear esta nueva patria que lleva su nombre, tengo la impresión de haber reunido mosaicos de diferentes colores, es decir, que existe muchas diferencias en la gente que compone esta patria y eso no permitirá la unidad entre ellos”. (1).

¿De dónde proviene nuestro sentimiento de territorialidad? …Hagamos un poco de historia.

Después de dos intentos serios de rebelión, que fueron de Túpac Amaru en el Bajo Perú y de Túpac Katari, en el Alto Perú, debieron pasar más de cuatro décadas para que se geste una nueva propuesta, una seria insurgencia. Abrió la oportunidad cuando en 1808 las fuerzas de Napoleón Bonaparte pusieron en fuga al rey Fernando VII, para entronizar a su hermano José en su lugar. Fernando instaló su reino en Sevilla. Esto causó naturalmente incertidumbre en las colonias americanas. Esto fue aprovechado por los patriotas chuquisaqueños como los hermanos Zudañez y otros, que depusieron al presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón García Pizarro. La Real Audiencia de Charcas era un organismo, como dice Charles Arnade: “… una agencia vital de la dominación española en las colonias. Se suponía que era la más alta Corte de apelación, pero fue la de Charcas mucho más que esto; fue un centro de acción ejecutiva, administrativa y judicial.” (2). Lamentablemente también este movimiento insurgente estuvo destinado al fracaso; fue la del 25 de Mayo de 1809, en la leal Chuquisaca, seguida por Murillo en La Paz. Algunos historiadores sostienen que no estaba aún maduro el fruto en ciernes, que se denominaba “Independencia”. Este intento tuvo más solidez y sirvió para generar las bases mucho más fuertes para una revolución. Estas bases fueron el cimiento de la guerrilla de los quince años y “este es el punto al que quiero llegar”. Aunque el rey Fernando haya vuelto a su palacio original y haya hecho parar de nuevo a la Inquisición, aunque no con la misma criminal autoridad, los hombres de las colonias ya no quisieron sujetarse de nuevo al sistema colonial; parecía que hubieran echado los dados a la mesa del destino. Se encendieron seis focos de guerrilla denominados republiquetas, que tuvieron como centro de autoridad las provincias del Norte argentino. Cuando el criollo Manuel Ascencio Padilla y su aguerrida esposa, doña Juana Azurduy apoyaron al ejército de Arenales, Nieto, el nuevo Presidente de la Real Audiencia de Charcas ordenó el arresto de ambos, pero ellos se refugiaron en las selvas chuquisaqueñas, y formaron la primera republiqueta. Desde Ayata, hasta Larecaja se constituyó otra republiqueta, dirigida por Ildefonso de las Muñecas y por el lado de las regiones de Potosí, Vicente Camargo, cuyo cuartel general se hallaba en Cinti. Chinchilla era a un principio comandante de la republiqueta de Ayopaya en Cochabamba, pero, pasó luego a ser comandada por José Miguel Lanza. Dicen los historiadores, basados en testigos de tradición oral que para tal efecto Lanza mató a Chinchilla, y se dice que no por vulgar ambición, sino por órdenes superiores, y, se supone que al estallar los movimientos guerrilleros, surgieron hombres de carácter y temperamento sólido, decididos a afrontar el poderío español, que creían ya decadente. También entre ellos no faltó la ambición personal, pero por el principio de Patria, para surgir como héroes. El estribillo de “…por la Patria…” significaba para algunos cabecillas motivo para alentar a las tropas, e infundirles de fervor revolucionario, bajo una disciplina férrea, e inclusive sacrificio. Arnade dice: “Cuando el autor Vargas, quien apreciaba en Lanza la eficiencia y entusiasmo, pero odiaba la injusticia, preguntó más tarde a Lanza muchas veces porqué había matado Chinchilla, el comandante evadió agriamente la cuestión y afirmó que tenía órdenes estrictas en Salta para matar a Chinchilla. Lanza pensaba que los oficiales desafectó bajo el mando de Chinchilla habían falsas impresiones a Salta. Después de la muerte de Chinchilla, Lanza definió y reorganizó la unidad guerrillera y luchó bravamente hasta el final de la guerrilla”(3).

Como podrá verse por esa breve cita, hubo la necesidad de aplicar medidas probablemente necesarias, aun cuando fueran drásticas; sin embargo muchas no sólo debieron ser en favor de la guerrilla sino ya del territorialismo en ciernes que desde ese punto de nuestra historia comenzó a surgir. Las republiquetas tenían el propósito de consolidarse como estados independientes, lo que también hacía vislumbrar el sentimiento de territorialismo. Así es… la lucha culminó con las batallas de Junín y Ayacucho. Los libertadores organizaron la formación de las repúblicas. Es de este modo que en nuestro caso se constituyó un solo país llamado Bolívar, luego Bolivia, sobre la base de las republiquetas que dieron lugar a la creación de cinco departamentos: La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Potosí y Chuquisaca. El fundamento para crear una sola república era que este territorio se encontraba sobre La Real Audiencia de Charcas, jurisdiccionalmente. Cada departamento se hallaba entonces caracterizado por su propia naturaleza, por razón de la gente y la región. El rey Carlos V le concedió a Potosí el escudo y la bandera seguramente por el mérito de haber llenado sus arcas de plata en tres siglos de explotación, y a La Paz también le concedió su escudo al haberse conjurado la guerra civil entre conquistadores; “…los discordes en concordia…”, pero los otros departamentos reclamaron también sus escudos, banderas e himnos. Esto fue el principio del territorialismo, o, regionalismo. Nuestro país es el único en eso. Hay países que llevan el nombre de Estados Unidos, como el de América del Norte, Estados Unidos del Brasil, Estados Unidos de Venezuela, Estados Unidos de México, y otros, que siendo también federales y descentralizados son menos territorialistas; tienen una sola bandera, un solo escudo y un solo himno, para todo el país y para cada uno de sus estados o provincias. Pueden tener algunos estados o provincias de algunos países algunos simbolismos sociales, pero que no significan un territorialismo recalcitrante.

NOTAS:

1) ARGUEDAS, ALCIDES, Historia de Bolivia, Ed. Aguilar, Barcelona.

2) ARNADE, CHARLES, la Dramática Insurgencia de Bolivia; Ed. Juventud, La Paz.

3) Ibidem.

Fuente: LA PATRIA
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