Martes 27 de noviembre de 2012
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El circuito de Interlagos, epicentro del Gran Premio de Brasil, la última carrera de la temporada del Mundial de Fórmula Uno, fue testigo de un legado que deja el heptacampeón Michael Schumacher para su joven compatriota Sebastian Vettel, una nueva estrella que se consagra en el automovilismo.
Más allá del gesto de Schumacher (Mercedes) de dejar pasar a Vettel en la vuelta número 65, a seis del final de la prueba, que le permitió al piloto de 25 años lograr su tercer título consecutivo de la máxima categoría del automovilismo, Interlagos vivió un momento que siempre quedará marcado en la historia de la Fórmula Uno.
El Gran Premio de Brasil volvió a ser juez y se centró en la disputa de la carrera entre el británico Jenson Button (McLaren), quien venció la prueba, y el piloto local Felipe Massa (Ferrari), segundo, y la lucha por el título entre Vettel (Red Bull) y el doble campeón mundial español Fernando Alonso (Ferrari).
Sin embargo, la despedida de Schumacher de las pistas, a las que retornó en 2010 después de haber ‘colgado’ el mono y el casco cuatro años antes, y la consagración de Vettel como el tricampeón más joven de la Fórmula Uno, inscribieron su propia página en la historia del Gran Premio de Brasil, que cumplió en esta edición 40 años.
Fuente: Sao Paulo, 26 (EFE).-