Domingo 25 de noviembre de 2012
ver hoy
Editorial y opiniones
Bisturí ®©
Mi peluquero
25 nov 2012
(Cualquier semejanza con la vida real es pura coincidencia) • Por: Franklin E. Alcaraz Del C.
No sé si todos los peluqueros son como el mío. Para empezar, éste me corta el pelo de memoria. No tengo que indicarle qué cortar o qué no cortar. Lo seguí por años, desde cuando era empleado de otro peluquero en San Pedro. Luego apareció en Miraflores, la zona central, Sopocachi, San Jorge y ahora tiene su propia peluquería en la Zona Sur de La Paz. No lee periódicos, pero habla que da pavor. Sabe de mecánica cuántica y de política, claro. Su tema predilecto. Vive en El Alto y baja desde allí, cada día, hasta la Zona Sur para trabajar. Él mismo se llama “Alteño renegado”. No le gustan sus conciudadanos. Dice que son muy desordenados y que la ciudad misma es un caos. Dice que allí “los semáforos están de adorno”, pero que no dejará de vivir en El Alto, porque “es más barato”.
Fui a cortarme el pelo al día siguiente del Censo. Me recibió con una sonrisa. “Cómo está doctor”, me dijo. “Bien censado” le contesté. “¡Ah!, si”, dijo. “Yo también”. “Y… ¿qué tal?” le pregunté. “Hay muchas cosas que la gente habla sobre el Censo, por ejemplo, ¿por qué no preguntarían sobre el acullico no? Así, sabríamos cuánta gente acullica coca… pero no, parece que el Gobierno no quiere saber… o no le conviene”. “Y tú, qué piensas sobre el tema” le dije. “¿Crees que mucha gente acullica?”. “Antes tal vez”, me contestó. “Ahora, no” “Por ejemplo, en mi familia, mi papá acullicaba de vez en cuando… una vez al mes, así. Pero dice que mi abuelo acullicaba cada día. Mi papá me contaba que siempre estaba con su bola de coca en la boca”. “¿Y tú? ¿Acullicas?” le pregunté. “No” me dijo “Alguna vez hice la prueba y no me gustó. Es que se le adormece la boca a uno y ese adormecimiento entra hasta el pecho. Y es feo. A mí no me gusta. Eso sí, tomo mate de coca de vez en cuando, cuando me duele la barriga o después de comer mucho”. “¿Te acuerdas la última vez que tomaste mate de coca?” le provoqué. “Hummmm… la verdad no… creo que ¡el año pasado!” Se asombró él mismo. “¡Ah!” Le dije, “entonces tampoco tomas mucho mate de coca… lo que pasa es que nos han hecho creer que este pueblo es de consumidores de coca… y no es así”, “¿Parece, no?”