Se cumplió la jornada “censal” y millones de bolivianos fueron empadronados en las boletas que alcanzaron para el efecto, pues se sabe que faltaron esos formularios en algunos barrios cruceños y en otros paceños, aunque en honor a la verdad lo que pasó fue una imprevisión de ciertos funcionarios del INE que no entregaron la cantidad suficiente de material que existía en grandes cantidades y no podía faltar, pues su impresión estaba calculada con bastante holgura.
Lo que se mencionó en el nivel oficial es que “el Censo no es de beneficio político, es para el pueblo y para mejorar su condición de vida”, esto ampliado en el sentido de la estrategia nacional implica traducir e interpretar los resultados recogidos y ponerlos en el recipiente en que se cocinarán muchos ingredientes para obtener una suculenta poción que revitalizará a nuestra comunidad.
Entre las opiniones vertidas por personeros del Gobierno, el caso de los políticos de oposición, los dirigentes cívicos y laborales, algunos parlamentarios y los analistas del tema coinciden al señalar que el operativo de contar cuántos bolivianos somos y hacia dónde queremos ir se cumplió dentro de las previsiones esperadas, aunque también se reconoce que pudieran darse algunas distorsiones muy marcadas en lo que atañe específicamente al resultado del conteo de ciudadanos en general, de la tercera edad, los adultos, los jóvenes, los niños y hasta los recién nacidos justo en el día de censo… esa cifra será determinante para estructurar el gran plan del desarrollo nacional.
Sin embargo, hay otros elementos sumamente delicados que tienen que ver con la expectativa ciudadana, esperanzada en una mejor distribución de los recursos estatales de modo que a más ciudadanos habrían más fondos y quién sabe algún parlamentario demás, empero puede darse el fenómeno inverso, opuesto y las cifras del censo disminuirían ingresos generales y hasta puede que cierta bancada parlamentaria se reduzca en cantidad, ésta última alternativa es la que preocupa de veras en la actualidad, situación que se hace más compleja al saber que hay problemas limítrofes que deben ser resueltos para establecer las condiciones reales de jurisdicción y pertenencia efectiva de tierras y riquezas naturales.
Fallas hubo en el Censo, posiblemente por imprevisiones, pero también de acuerdo a cierto análisis ciudadano falló la estrategia de hacer del operativo censal una operación obligada absolutamente para todos los bolivianos, pues de lo que se trata en verdad es saber cuántos somos, situación que se desvirtuaría con la posición de “algunos bolivianos reacios” a ser parte del empadronamiento, pues algunas decenas de esos ciudadanos se convierten en centenas y pueden ser miles y cuantos más sean, menores serán las cifras de ciudadanos, por tanto el Censo, por ese hecho, no es un referente claro y objetivo para definir las estrategias del desarrollo futuro, es decir saber hacia dónde vamos.
Está muy claro que mientras persista un problema limítrofe departamental o entre municipios la situación siempre será de incertidumbre y de confrontación, por tanto pasado el proceso de empadronamiento corresponde a las autoridades nacionales, del Ministerio de Autonomías, la Dirección Nacional de Límites y en el Instituto Geográfico Militar (IGM) eliminar todas las controversias existentes y definir las líneas de pacificación y reconocimiento de territorialidad legal en todos los casos que existen aún problemas. Definir la Ley de Delimitación de Unidades Territoriales debería ser también responsabilidad prioritaria de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.