Ya nos vamos acostumbrando a los desvaríos cósmicos del Canciller boliviano; pero parece que está abusando de la cobertura periodística que se le otorga gracias a su investidura como jefe del gabinete, y a sus declaraciones que, por lo curiosas, raras y expresadas fuera del contexto de sus obligaciones como responsable de manejar las relaciones internacionales de nuestro país, se convierten en una rareza mundial.
Bien haría el señor Canciller en ocuparse, con prioridad, de sus originales funciones y de su responsabilidad, que parece haber dejado de lado ante un solitario peregrinar, en giras que lo alejan aún más de sus funciones específicas, ante una aparente indiferencia de las demás autoridades gubernamentales. Temas que tendrían que ser tratados desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, como el del Silala y las crecientes tensiones entre Chile y nuestro país, tienen otros portavoces oficiosos ante el silencio del Canciller.
El señor Canciller, parece haber extendido los límites de su competencia para hablarnos de los astros, los planetas, del sol y la cosmovisión andina y, sobre todo del 21 de diciembre que se acerca.
Según Choquehuanca, esta fecha es importante para el mundo porque “se habla que el 21 de diciembre de 2012, después de 25.625 años, nuestro Sol se alinea con el Sol central. El mismo día hay una alineación de los planetas después de 5.125 años y termina el calendario maya, tallado en piedras. Entonces, hay varias cosas que van a pasar”; además asegura que los collas son los ‘guerreros del arcoíris’; las personas que devolverán a la tierra y a la humanidad su equilibrio.
Para el señor Choquehuanca, no existen sino dos culturas, la quechua y la aymara; las demás 34 naciones reconocidas por la Constitución Política del Estado dejaron de existir, como los mestizos. Todo se reduce en el país, las mentes; por lo tanto, los pensamientos. Sólo existen los “Guerreros del Arcoíris”, que no sólo salvarán a Bolivia, sino que según el Canciller “devolverán a la tierra y a la humanidad su equilibrio”.
La fiebre del poder se apoderó de algunos de nuestros gobernantes y los “guerreros” que viven en la región andina de Bolivia son, según el Canciller, los salvadores de la humanidad. “Esos guerreros son los que levantaron la whiphala, el símbolo sagrado para los pueblos indígenas”. Una bandera que de ser desconocida en tiempo del incario, y de los propios indígenas, hasta hace sólo unos años atrás, de pronto de convierte en “sagrada”.
Los bolivianos tenemos la sensación que estamos ingresando a un camino peligroso. Las declaraciones del Canciller que de ser risueñas anécdotas se van convirtiendo en un problema de comportamiento. Primero, lo de las piedras con sexo. Luego, la anécdota de la papa liza; las predicciones astrales. Ahora, los “Guerreros del Arcoíris” salidos de los andes bolivianos para salvar el mundo.
Qué país del mundo podría tomarnos en serio, si uno de los principales representantes del gobierno boliviano, parece desvariar con temas tomados de una suerte de ciencia-ficción andina. Los Bolivianos merecemos que se nos respete en el ámbito internacional; ahora, parece ser una misión imposible, ante las declaraciones “oficiales” del Canciller difundidas a la opinión pública del mundo.
No sería una mala idea, otorgarle a la Cancillería la seriedad que esta Cartera del Estado amerita. Preocuparse más de las relaciones internacionales de nuestro país; sin que esto que esto quiera decir, ampliar las fronteras a la estratósfera, y el titular pise suelo firme.
Por lo menos... esa es mi opinión.
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