Fidel Castro y el Che Guevara: La génesis y el desarrollo de la contradicción revolucionaria
14 nov 2012
Por: Adhemar Ávalos Ortiz
Referirse, verbalmente o por escrito, a las contradicciones que existieron entre Fidel Castro y el Che Guevara es entrar en un terreno pantanoso y plagado de incógnitas. En realidad, se trata de dos figuras históricas que han calado hondo en la memoria latinoamericana y mundial. No obstante, siempre es posible realizar análisis en base a la información visible, y llegar a conclusiones que no pierden su esencia provisional porque las certezas históricas son subjetivas per se en tanto construcciones humanas.Tres años después del asalto al Cuartel Moncada en el sur de Cuba, gobernada por el tirano Fulgencio Baptista, se consolidó una propuesta revolucionaria. Y en este hecho es necesario detenerse con mucha filosofía, ya que en él hubo abundancia de heroísmo, pero también de ingenuidad. Muchos de los mejores hijos de Cuba fueron asesinados por no haber organizado de mejor manera el combate (Abel Santamaría fue víctima). Y la culpa le pertenece en parte a Fidel, no totalmente porque se adentraba en el infierno del poder tirano. Tampoco se debería condenar por completo a los líderes por soluciones asumidas a partir de realidades complejas. Simplemente lo hicieron y así quedó reflejado en las páginas de los libros y en la conciencia del pueblo cubano.
Fidel y el Che Guevara se encontraron en México, pero nunca estuvieron identificados plenamente en su concepción. Esta es una afirmación provisional ya que no existen pruebas palpables que ratifiquen lo contrario. El líder cubano era probablemente un hombre de miras limitadas solamente reducidas a su territorio. Dar pan no es revolucionario, acaso puede ser limitadamente. Le bastaba con entregar trabajo, salud y educación de precaria categoría y de baja sostenibilidad, sin considerar que el ser humano casi siempre aspira a lo mejor, y en ello radicó su idea igualitaria, en una concepción pobre del marxismo. El autor no quisiera enfrentarse con Fidel Castro, al final la diferencia surge y se muestra en todo su verdor: Fidel no hizo lo necesario por el Che aún a costa de su país...
Si Fidel mandó un grupo de menos de veinte guerrilleros cubanos a Bolivia no fue un asunto de proeza, contando con millones, sino de inteligencia militar poco aconsejable. Ahí el mérito es limitado. Ahora, no protegerlos ya es un asunto que no resulta disculpable por la supuesta lejanía. Si él sabía que la Guerrilla del Che en Bolivia estaba fracasada de principio por los pésimos acuerdos con el PCB entregado por completo a la burocracia soviética, entonces por qué no se le intentó convencer de un proyecto mayor, aún a costa del sacrificio final de Cuba, finalmente en la década de los 60’s ya lo trató de hacer con la “crisis de los misiles soviéticos”.
Fidel se fue convenciendo, al igual que sus funcionarios burocráticos, de que el imperialismo era el único culpable de sus desatinos estratégicos y se refugió en el inmovilismo soviético. Creó una economía dependiente que no se compara con la de países como Corea del Sur y Taiwán que han logrado cosas buenas para sus pueblos, a pesar de ser capitalistas. El Che Guevara pensaba muy diferente. Su teoría económica apuntaba a la eliminación de las relaciones de valor en el sentido capitalista, quería una transformación radical de las estructuras, ajena a la dependencia con la ex URSS. Su condena a los líderes soviéticos que mantuvieron a Cuba en el subdesarrollo, a pesar de la abundancia de recursos naturales, fue consistente. Fidel, en su línea de trascender por encima de otras personas importantes, no le escuchó, o no deseó hacerlo.
Fidel Castro destinó al Che a un cargo intrascendente en el Banco Nacional de Cuba, cuando por sus cualidades y méritos debió desempeñar funciones en el rubro político o económico, no financiero. Después, cuando el guerrillero argentino planteó agilizar la Revolución en todo el mundo fue remiso y se encerró en su ego para protegerse de sus imposibilidades políticas rayanas en su falta de determinación. Le tuvo que apoyar al Che en sus luchas de Congo y Bolivia, pero lo hizo solamente por la popularidad del revolucionario argentino que probablemente le hizo sombra. Y lo abandonó en la selva boliviana. ¿Se sometió a Jruschov? Solamente él lo sabe.
Al final grandes revolucionarias como Haydeé Santamaría (que se suicidó por la decepción con el curso revolucionario) y Celia Sánchez fueron muy críticas con Fidel. Ellas no estaban de acuerdo con su rumbo totalitario y se lo dijeron, pero muy en privado. ¡Salvar a la Revolución Cubana era más importante que las reflexiones críticas!
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