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Domingo 11 de noviembre de 2012

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Revista Dominical

La delincuencia y la corrupción

11 nov 2012

Fuente: La Patria

Por: Vilma Margarita Mier Vargas

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La delincuencia crece. Probables víctimas todos. La inseguridad ciudadana es mayor. Realidades por demás ciertas. Debemos razonar al respecto. Precisemos las respuestas. ¿Por qué la delincuencia crece? ¿Por qué probables víctimas todos? ¿Por qué la inseguridad ciudadana es mayor?

¿Será que la enseñanza escolar falló? ¿Qué los padres de familia no supimos educar a nuestros hijos? ¿Qué el diario vivir, las necesidades procrearon, originaron al ser delincuente?

Todos, en algún momento, enfrentamos: adversidades; necesidades apremiantes. Para salvar estas ¿será que tendremos que: robar, herir, matar, hacer daño a otros? Es decir, ¿actuar delincuencialmente? No creo que, en ningún momento, procederemos de esa manera.

¿Será delincuente aquel comerciante que nos vende los productos con sobreprecio exagerado; nos engaña en la calidad o cantidad del producto que le compramos?

¿Serán delincuentes aquellos que, prevalidos de la autoridad funcional que desempeñan, encarcelan a personas sin antes probar la culpabilidad de éstos?

¿Será delincuente aquel joven, aquella persona que, por vez primera en un determinado momento, ante un apasionado romance, mediante uso de la fuerza, tiene relación sexual con la enamorada, cometiendo el delito de violación sexual?

¿Será delincuente aquel ser que en defensa propia o por defender a otra persona, en una pelea, fortuitamente, mata a otra persona?

¿Será delincuente quien por haber favorecido con su voto la elección de una persona o la adjudicación de una licitación, posteriormente, acepte del beneficiado un obsequio o favor alguno?

¿Será delincuente aquella persona que, por el dinero que tiene, los cargos ejecutivos que desempeña, consigue favores sexuales, incurriendo incluso en violaciones sexuales, librándose de procesos penales?

¿Serán delincuentes aquellas personas que reiterativamente incurren en hechos observables, considerados delitos, conocedores de cómo eludir las sanciones penales?

¿Serán delincuentes aquellas personas que, en estado etílico o no, abusan sexualmente de sus esposas, forzándolas a relaciones sexuales no aceptables por ellas?

Dicen: combatamos a la delincuencia; eliminemos la corrupción; mejoremos la justicia; sancionemos a los culpables con drásticos castigos; aumentemos los años de cárcel. Discursos van, discursos vienen, palabras, palabras, sólo palabras, sin análisis crítico de la realidad.

Publicaciones de prensa nos muestran que muchos de los autores de delitos cometidos, tienen antecedentes policiales, son exreos, expresidiarios, liberados en algún momento. Basta, dejemos de lado la sinvergüenzura, el temor, el miedo, hablemos verdades. La corrupción salva a la delincuencia; la delincuencia envuelve a la corrupción. Todo tiene un precio, ello favorece a la libertad del delincuente, lapidan al inocente, dejan a la víctima en el dolor.

La ley como ley no sanciona al delito. Su correcta aplicabilidad depende de quienes administran justicia. Los expedientes procesales constituyen prueba de tales actuaciones. Su revisión nos mostrará si la delincuencia envolvió a la corrupción. Conoceremos con nombres y apellidos a los responsables del crecimiento de la delincuencia. Sancionemos a éstos y verán que la delincuencia disminuye.

Fuente: La Patria
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