Martes 06 de noviembre de 2012
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Dicen que curarse arranca de tomar conciencia de que uno está enfermo. Pero a veces le damos tanta importancia a la enfermedad, que se convierte en protagonista de nuestra vida. Esto en el terreno psicológico es bastante delicado. Hay casos incluso de gente que no estando loca se ha vuelto loca de tanto oírlo. Recuerdo a un compañero de clase al que sus padres, obsesionados con que debía ser un superdotado, le repetían una y otra vez que era un inútil. Lejos de mejorar, acabó convirtiéndose en lo que le gritaban a los oídos.
La psicología a veces también ha hecho daño centrándose en la negatividad. En 1998, Martin Seligman (presidente ese año de la Asociación Americana de Psicología) pone los fundamentos de la psicología positiva, una nueva rama que revolucionará los mismos pilares de estos conocimientos y cuyo objetivo será estudiar científicamente el funcionamiento óptimo del ser humano. Hasta ese momento la psicología se había pasado 100 años estudiando “por qué funcionamos mal y cómo arreglarlo” y es a partir de 1998 cuando comienza una corriente que se dedicará a estudiar “por qué estamos bien y cómo promoverlo”.