Martes 06 de noviembre de 2012
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Luego de una intensa campaña electoral que se prolongó por muchos meses y que en todo ese periodo abrió cuestionantes entre las bases hispanoparlantes radicadas en el país del Norte, pero también entre los ciudadanos de países latinoamericanos y en especial en el nuestro, se llega a la fecha cumbre para que millones de norteamericanos definan su futuro inmediato y paralelamente, la suerte de centenares de miles de ciudadanos en el resto del mundo.
No es exageración pero está claramente definido que las políticas internacionales del país más poderoso del mundo tienen su efecto en el resto de las economías internacionales y con mayor impacto en naciones del todavía denominado “tercer mundo o subdesarrollado” precisamente por la marcada dependencia a la que somete la calificada economía capitalista.
De ahí que de uno u otro modo en todas partes serán esperados los resultados de la elección que se cumplirá en Norteamerica y cuyas cifras marcarán con claridad algunos hechos que son considerados claves en su relación externa. Se dice que de ganar el demócrata Barack Obama hay que esperar la continuidad de los lineamientos de su política externa que está abierta a favorecer a naciones tercermundistas bajo ciertas condiciones muy particulares que deben responder a condiciones impuestas por el poderío financiero, con la consecuencia de cumplir ciertas metas como por ejemplo en el control y erradicación del narcotráfico, precisamente condición que se observó con Bolivia y se liquidó un apoyo especial a través del Atpdea, que todavía no ha sido restablecido.
Fuente: La Patria